México, 1 jul (EFE).- Hace un año, miles de mexicanos corrían hacia el zócalo de Ciudad de México a festejar con López Obrador su triunfo en las urnas. Una imagen que se repite este lunes con un alud de simpatizantes regresando al mismo escenario con la fe en el mandatario prácticamente intacta.
Previo al discurso que dará el presidente a las 17.00 hora local (22.00 GMT), miles de personas han ido llegando al multitudinario evento en el que no falta la música, las pancartas y las sombrillas contra el sol para aminorar la espera.
Hay personas de todas las edades que defienden las decisiones y forma de gobernar del líder del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), y restan peso a algunas de sus acciones más criticadas.
La joven Angélica Carvajal, de unos 20 años, cuenta a Efe mientras espera el discurso del mandatario que «sí se está viendo un cambio con López Obrador en distintas ámbitos, como el económico o el social».
«Y, sobre todo, que el presupuesto en el dinero lo están utilizando para cosas beneficiarias y no se queda digamos en el Gobierno», agrega.
El reparto presupuestario ha sido una de las medidas más criticadas durante estos meses de mandato.
Recortes en prácticamente todos los ministerios, en las organizaciones de la sociedad civil e incluso en las guarderías privadas han provocado reacciones en contra del presidente.
Estos recortes incluso han sido decisivos en la dimisión de algunos de altos cargos, como el que fue titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Germán Martínez, durante estos siete meses.
Sin embargo, los ciudadanos afines a López Obrador -que arrasó en los comicios de hace un año con más de 30 millones de votos y asumió el poder el 1 de diciembre- defienden esta forma de gestión.
«Había muchos apoyos (antes) sí, pero había gente que no lo necesitaba de verdad y a veces gente que sí lo llegaba a necesitar no lo tenía, entonces se hicieron censos para ver qué personas sí necesitaban esos apoyos», dice a Efe el joven Cristian Peña.
«El presupuesto en el dinero lo está utilizando para cosas beneficiarias y no se queda, digamos, en el Gobierno», apunta por su parte Angélica, en alusión a la perenne corrupción que vive México y con la que López Obrador prometió acabar.
Pero para ello, los ciudadanos son conscientes de que hace falta tiempo.
«Son seis años de gobierno y apenas lleva unos meses, entonces tiene que hacer esa limpieza (de corrupción) y después obviamente poner a las personas correctas», zanja Angélica.
Otro asistente, Bulmaro Rubio, de cerca de 50 años, también se muestra complacido con las intenciones del presidente de acabar con la corrupción, y lo define como «el Nelson Mandela mexicano».
Pero «es iluso pensar que esto es cosa de vara mágica, no la hay (…) Es muy poco tiempo para acabar con todos los males que se vinieron propiciando en los otros sexenios», opina.
Y después agradece que se esté tratando de acabar con la corrupción, «un cáncer» del que, considera, todos los mexicanos son responsables.
Bulmaro también tuvo palabras para los críticos con López Obrador, que ayer se manifestaron en decenas de ciudades del país en su contra.
Entre los protestantes se encontraba el expresidente Vicente Fox (2000-2006) del conservador Partido de Acción Nacional (PAN).
«Son (los que se manifiestan) los que se sienten despojados de los privilegios que antes tuvieron», asegura el hombre.
Con todo, los votantes no pasan por alto problemática tan duras como el ascenso de los homicidios a nivel nacional.
Según cifras oficiales, de enero a mayo suman un total de 14.133 víctimas de homicidio doloso, cifra superior a las 13.428 que se registraban el año pasado en estas fechas.
Bulmaro comenta ante esto que «desafortunadamente» la inseguridad no es algo actual, sino que viene de lejos.
«Ni tampoco él (López Obrador) lo va a acabar en un sexenio, tal vez ni en dos, esto viene desde hace mucho tiempo», asegura.
Otra mujer, Paola Balderas, coincide con Bulmaro y dice a Efe que la inseguridad no es de hoy ni de hace 6 meses, es un problema de toda la vida y nace en el núcleo familiar».
Sin embargo, en medio de la música de los mariachis y los festejos que amenizan la espera, algunos se muestran inconformes por la inseguridad.
«Está mal el señor López Obrador porque en los meses que lleva han aumentado los muertos en el país y no los ha bajado nada», clama a Efe Joel Celis.
Y se permite darle un consejo: «Ya que deje de hacer campaña, ya que deje de andar afuera de Ciudad de México, que esté aquí en Palacio Nacional para que vea lo que está pasando».
En las calles que enmarcan la plaza principal de la capital, se ven, al igual que el año pasado, comerciantes que venden llaveros, camisetas, cojines y hasta peluches del mandatario, que todavía mantiene altos niveles de popularidad con una aprobación por arriba del 60 % en la mayoría de sondeos.