Madrid, 2 jul (EFE).- En el Siglo de Oro hispano se produjeron 15 000 obras que son «de todos», por eso el Festival de Almagro, que comienza el jueves, verá en esta edición lucha mexicana, Calderón en estonio, o teatro en coches porque hay que «abrir el canon», asegura en una entrevista con EFE su director, Ignacio García.
«Nuestro éxito, o parte de el, nace de democratizar el error, que cada uno pueda equivocarse en lo suyo. Que México, el país invitado este año, tenga su apuesta, igual que el Instituto de la Mujer o la ONCE, y nosotros ser el marco de protección de todos ellos», explica García (Madrid, 1977), nombrado director de Almagro en 2017.
El de la ciudad manchega, de 9000 habitantes, es «el festival más importante del mundo sobre el Siglo de Oro» y es vital «defender ese patrimonio único como se hace con el Museo del Prado o el lince ibérico», sostiene.
El teatro del Siglo de Oro es «una reserva natural» y esa es «la dificultad», porque aunque el festival, que representará 49 montajes hasta el 28 de julio, está abierto a todas las propuestas, «se debe garantizar un cuidado con ese patrimonio».
«No nos arrogamos la facultad de decir qué es el Siglo de Oro porque ‘cada uno es como Dios le hizo y aún peor muchas veces’. Nos gusta sorprender y que nos sorprendan. Se verá oscuridad y luz, montajes profundos pero también atrevidos y divertidos», resume.
Aunque recomienda «todo», destaca los montajes de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), la lucha con máscaras de México, un «Perro del Hortelano» ambientado en los años 20, las obras de Sor Juana Inés de la Cruz, el concierto de Jaramar Soto, un Calderón en estonio o un Tirso en español procedente de Nueva Delhi.
A ello se suma la propuesta sobre Sor Juana Inés de la Cruz flamenca bailada por Carmen Cortés, la de Igor Yebra y Blanca Li -«El Quijote de Plata»- o las versiones que harán Mario Gas, una compañía polaca y José María Esbec de «La hija del aire», de Calderón.
«El gran cambio de paradigma es que las compañías extranjeras vienen a hacer Siglo de Oro, no Shakespeare, y, de otra parte, es un Siglo de Oro en español, no de España, más inclusivo y menos imperialista», abunda.
Está «muy feliz» de que México haya considerado entre las 16 propuestas que representará, a Ruiz de Alarcón y, sobre todo, a Sor Juana Inés de la Cruz.
«Lo más importante es que se va a ver toda la obra de Sor Juana, la gran poeta, música y estudiosa. Por primera vez es una mujer el centro del festival porque ocupa la portada», subraya.
«Todos estamos dispuestos a abrir el canon», afirma García, lo mismo que sucede con la participación de mujeres: en la 42 edición del certamen se recupera la obra de 13 autoras del Barroco, se representa a 25 dramaturgas contemporáneas y son 26 las directoras.
Las elegidas son autoras «muy heterodoxas» que sufrieron «una doble persecución», «por su género» y «por una visión reduccionista que las ha invisibilizado».
Dice que sorprende mucho desde que llegó al festival en 2009 y si tuviera que señalar algún «error», apunta el de «no tener quizá una visión suficientemente amplia» y «meterse más a fondo».
«Hay que ser más valiente e incluir más voces, como hemos hecho con Mercedes Benz, que patrocina el teatro con la representación de espectáculos en sus coches, que podrán ver un total de 120 espectadores en 40 pases. Muy diferente de los 600 que verán en una sola sesión la propuesta de la CNTC. Nos toca ofrecer variedad de una enorme calidad», añade.
Por Concha Barrigós.