Miami, 2 jul (EFEUSA).- Un centenar de personas urgió este martes en Miami al senador republicano Marco Rubio a pronunciarse sobre la detención de menores inmigrantes si no quiere ser «cómplice» de las condiciones «inhumanas» que enfrentan estos niños y sus familias en busca de asilo en el país.
Un centenar de hombres, mujeres y niños protestaron frente a las oficinas del congresista por Florida y cuatro de ellas, madres de familia, subieron a su oficina a entregarle una carta en la que lo instan a cerrar los «campos de detención de niños».
Jackie Kearns, una de las madres, le dijo a una asistente del senador que «guardar silencio es apoyar» las condiciones que enfrentan estos menores.
«Si Marco Rubio no hace nada al respecto, él está apoyando este tratamiento a los niños», manifestó Kearns.
«Esto es tortura, anti-americano, inhumano y no es lo que nosotros somos (…), el asilo es un proceso legal, sigan el proceso», aseguró por su parte la pediatra Irene Martínez, una de las organizadoras de la protesta.
La movilización hace parte de varias movilizaciones convocadas en el país por diferentes grupos a favor de los inmigrantes y los derechos humanos en oficinas de congresistas y centros de detención para pedir el cierre de estos «campos» que consideran «jaulas para niños».
Rubio, quien según el recepcionista estaba en Washington cuando se llevó a cabo la protesta, señaló este lunes en Twitter que si en las elecciones presidenciales de 2020 es elegido un demócrata, los indocumentados no serán detenidos, se les dará permiso de trabajo y atención médica gratuita, no acudirán a audiencias de inmigración y eventualmente serán elegibles para ciudadanía.
«Vayan por los criminales, las cosas están cambiando, están yendo por niños y familias, eso no hace más segura la frontera», se quejó la pediatra Martínez en la oficina del senador de origen cubano.
«Las investigaciones demuestran que es tortura separar a los niños de sus familias (…) encarcelarlos después es una trauma. Trauma sobre trauma», dijo otra de las madres en la oficina de Rubio que hacia el medio día estuvo custodiada por al menos cinco patrullas de la Policía.
«Los niños no deben estar detenidos, deben estar con su padres», dijo a Efe Mia Daviy, de 9 años.
Su madre, María Thorne, una maestra de quinto grado, señaló que es una «atrocidad» que niños separados de sus familias estén «sin comida, sin agua, sin sanidad, sin las necesidades básicas para poder vivir. No puedo creer que esté pasando esto en este país».
Repudió que compañías privadas están sacando ganancia de centros de detención de inmigrantes para menores, como uno en Homestead, cerca del lugar de la protesta, en el sur de Miami, que tiene capacidad para unos 3.200 niños.
«El incentivo es mantener el tiempo que sea posible a cada niño porque ellos hacen más de 700 dólares diarios por niños, ellos están haciendo millones de dólares por día», «ellos secuestran a estos niños», dijeron las madres casi en coro en la oficina de Rubio.
«Estados Unidos solía ser el ejemplo de derechos humanos», se lamentaron las mujeres, que dijeron a Efe que reprochan «el silencio de los habitantes de Miami-Dade» y que por eso se han sumado a unas manifestaciones a las que no están acostumbradas.
Estas mujeres hicieron parte de la protesta en la que desplegaron carteles que decían «Niños inmigrantes son humanos», «Los campos de concentración se tienen que acabar ya» y otros con un dibujo de los menores hambrientos a los que les ordenan tomar agua de un inodoro, como se ha denunciado esta semana en centros de la frontera.