México, 7 jul (EFE).- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, publicó este domingo en redes sociales una fotografía de 1994 en la que aparece con el subcomandante Marcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), posterior al levantamiento que tuvo lugar en el estado de Chiapas.
«Ayer me regalaron esta foto que fue tomada en 1994 en Guadalupe Tepeyac, las Margaritas, Chiapas», publicó el mandatario en Twitter, donde adjuntó la imagen en la que también aparecen otros dos soldados del EZLN.
Y añadió: «En esta ocasión, el tema fue conseguir la paz. Yo solo recuerdo que una imagen vale más que mil palabras», expresó el también líder del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
El subcomandante Marcos aparece en el centro de su fotografía, con la cara cubierta con un pasamontañas y su emblemática pipa, junto a López Obrador, vestido con camisa.
En un segundo plano también aparece Cuauhtémoc Cárdenas, quien entonces era líder de la izquierda mexicana y candidato presidencial, y posteriormente dirigió la capital mexicana.
López Obrador se encuentra de gira a través del suroriental estado de Chiapas, donde el EZLN se levantó en armas el 1 de enero de 1994 para reivindicar la autonomía de los pueblos indígenas y donde hoy controlan algunas comunidades rurales.
Este sábado, en un mitin, López Obrador pidió al EZLN dejar a un lado sus diferencias: «No nos peleemos, ya basta de divisiones».
El presidente recordó que en 1994 visitó la región tras el levantamiento ya que había trabajado durante seis años con las comunidades indígenas chontales de Tabasco, su estado natal.
«¿Qué decir sobre el movimiento zapatista? Respetamos mucho este movimiento; podemos tener diferencias pero somos respetuosos», expresó.
Tras la victoria del líder izquierdista, el EZLN auguró en una carta abierta que el mandato de López Obrador traería «desilusión» en lugar del cambio profundo que había prometido el político.
Los zapatistas han sido muy críticos con los proyectos de infraestructuras ferroviarias que el presidente quiere impulsar en el sur del país y que los indígenas creen que provocarán el «despojo» de sus tierras.