México, 10 jul (EFE).- Los familiares de los más de 40.000 desaparecidos en México suelen representarse sentados, tristes y con una fotografía en el regazo, no obstante esto no debe reflejar una espera sino una incombustible búsqueda, según una impactante campaña lanzada este miércoles por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
«No piense que está esperando, está buscando», termina el video en el que varios jóvenes desaparecidos cuentan una parte de su historia desde la imagen que portan sus familiares, que siguen cualquier pista que les pueda acercar a ellos.
«Queríamos dar dos mensajes: que los familiares son activos y no están esperando sentados, y dar protagonismo a los familiares desde la voz de los seres queridos desaparecidos», detalló este miércoles a Efe Rafael Barrantes, coordinador regional del Programa de Personas Desaparecidas del CICR.
Además del estereotipo de los allegados de desaparecidos como agentes pasivos, estos también tienen que cargar con otros estigmas como la suposición de que seguramente existiría algún motivo para que el secuestrado fuese privado de su libertad.
«Si desaparece por algún tema relacionado con un grupo armado dirán ‘algo tendría que ver con esto’; si es en un enfrentamiento contra las fuerzas del orden dirán que ‘estaba vinculado, algo habrá hecho'», detalló Barrantes.
Además de esto, como las desapariciones son algo cotidiano en México, existe el peligro de que pierda relevancia para la población y que las historias ya no conmuevan.
Por lo anterior, la organización trató de hacer una campaña «un poco distinta», en la que tienen protagonismo desaparecidos pero también familiares.
«El objetivo es sensibilizar al público con el sufrimiento de los familiares. La vida se transforma por completo cuando les sucede esto, no es algo que simplemente ocurre en tu vida, es algo que la transforma», profundizó el experto.
Para CICR este tipo de situaciones han tenido relevancia en numerosas campañas anteriores y en esta ocasión buscaron darle un enfoque distinto y no necesariamente relacionado con el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, que se celebra el 30 de agosto.
Según Barrantes, el impacto de esta lacra es individual, ya que genera en las familias ciertas necesidades a partir de la desaparición, pero también social por el hecho de «vivir en una sociedad en la que es posible que las personas desaparezcan y es posible que no se les busque».
Las historias que se cuentan en el vIdeo de esta campaña no son necesariamente reales, pero sí inspiradas en las «decenas o centenas» de situaciones que el CICR ha encontrado en sus años de trabajo en este campo.
«Más que un proceso de documentación se basa en décadas de escucha. Sabemos qué tipo de experiencias están viviendo: tenemos reuniones con familiares, los escuchamos continuamente, trabajamos con ellos, etcétera», explicó el responsable del programa.
México registra más de 40.000 desaparecidos en la última década.
Y del 2006 al 2017 se reportaron alrededor 1.606 fosas clandestinas en el territorio mexicano, de las que se han exhumado 2.489 cuerpos y 584 restos humanos, de acuerdo al reciente informe «Violencia y terror: hallazgos sobre fosas clandestinas en México 2006-2017» publicado en junio.
Además, desde diciembre de 2018 -cuando asumió el poder Andrés Manuel López Obrador con la promesa de atender con prioridad esta tragedia- se han localizado 222 fosas y 337 cuerpos.