Benicàssim (España), 18 jul (EFE).- El Festival Internacional de Benicàssim (FIB) abre este jueves las puertas de su recinto para celebrar su 25 aniversario en una edición con un cartel sin el esplendor esperado y que arranca a medio gas con el escenario principal sin programación para una primera jornada en la que Fatboy Slim será el mayor aliciente musical.
Lana del Rey, Fatboy Slim, The 1975, Kings of Leon, Vetusta Morla, Franz Ferdinand, George Ezra o Jess Glyne deberán soplar las velas de un aniversario que tomará fuerza a partir de mañana con todos los escenarios ya funcionando y los «fibers» instalados por completo.
La tradicional llegada de asistentes, principalmente de las islas británicas, se ha producido de manera más escalonada este año y esta misma mañana el ritmo de acreditaciones era incesante aunque tímido, lo mismo que en las primeras horas de la tarde.
Los «fibers» se dejaban ver en Benicàssim (costa este de España), pero no de manera tan masiva como suele ser habitual, si bien todos se dieron cita en las playas de la localidad con la esperanza de despojarse -muchas veces en vano- de la falta de pigmentación de la piel típica de climas menos meridionales.
Pese a que los más nostálgicos añoraban un aniversario con la vuelta de bandas que marcaron el festival, finalmente el cartel congrega más bien artistas de relumbrón que no cumplen las expectativas de los amantes de una cita que inventó el concepto de festival de música independiente y que navega durante estos años de trayectoria en una suerte de montaña rusa con subidas y bajadas, algunas de ellas casi estrepitosas.
El actual director del evento, Melvin Benn, tomó las riendas en 2013 tras una edición en la que los problemas económicos ahogaban al festival decano y le abocaron a un concurso de acreedores, hasta el punto de llegar a ponerse en duda su celebración.
Benn, con una dilatada y fructífera trayectoria en la industria musical británica, conocido y respetado por su seriedad y su rigor, consiguió reflotar el FIB pero siempre con los pies en el suelo, con una sensatez que devolvió cierto brillo al festival y que recuperó público poco a poco hasta 2016 cuando se llegó al «sold out» con la banda británica Muse.
Pero el mismo Benn ya anticipó en la rueda de prensa de balance de la edición de 2018 que el 25 aniversario sería un año más, porque, según aseguró, el cartel debía «ser válido y relevante para la gente joven que quiera venir, no porque sea el 25 aniversario sino porque la música sea buena».
El cartel finalmente no consiguió convencer a tanto público como en la pasada edición, en la que se dieron cita una media de 40 000 personas al día (cerca de 170 000 entre los cuatro días) y se espera recibir a 130 000 asistentes, según explicó la organización.
Se dará además la circunstancia de que durante la primera jornada incluso estará cerrado el escenario principal Las Palmas y las actuaciones, por tanto, quedarán mermadas en cuanto a número se refiere.
Sin embargo esta noche, a las 2.30 horas tendrá lugar el concierto de uno de los cabezas de cartel, Fat Boy Slim, el nombre detrás de Norman Cook, el disc jockey, músico electrónico y productor discográfico británico, creador de muchos de los temas que se han escuchado en las innumerables sesiones de pinchadiscos del festival.
Los energizantes dublineses Fountains D.C. deberán lidiar con las escaseces que depara tradicionalmente la primera jornada, y la britanica de ascendencia griega Marina -con cientos de millones de escuchas y de reproducciones de sus canciones- les seguirá en el escenario.
El cuarteto irlandés Kodaline actuará ya a las 23.00 horas y tras ellos Fatboy Slim, todos en el escenario secundario Carrefour.
Por Rosabel Tavera