Aguascalientes.- Cinco de cada diez hombres de entre 20 y 30 años de edad sufren alopecia androgenética, mejor conocida como calvicie, la cual también afecta mujeres en una proporción de tres por cada diez.
Conforme avanza la edad, la cifra aumenta a ocho de cada diez varones, según datos de la Fundación Mexicana para la Dermatología. Este padecimiento se ha propagado considerablemente y es indicador del estilo de vida actual, donde es común el estrés.
La alopecia no tiene cura, pues no es una enfermedad, sino un trastorno genético crónico evolutivo, de manera que sólo se puede retrasar la caída del cabello, y en algunos casos recuperarlo.
El trastorno afecta de igual manera al cabello ondulado, rizado, lacio, crespo, necio y grifo, pues se trata de una afección de origen multifactorial.
La más común de las alopecias es la androgenética, que implica un factor genético y un estímulo androgénico; es decir, las hormonas masculinas debilitan el cabello.
En la mayoría de los casos, desde jóvenes ven el aumento de las “entradas” y la disminución de la densidad capilar.
También puede presentarse como parte de otras enfermedades sistémicas que, por ejemplo, son tratadas con quimioterapias, como cáncer. El lupus eritematoso y anemia también conllevan caída de pelo.
La constante pérdida de cabello preocupa a la población, sin embargo encontrar cabello en la coladera de la ducha, en el jabón o en la almohada no es indicativo de que alguien se esté quedando calvo, pues al día perdemos, de manera natural, entre 100 y 150 cabellos, afirmó Armando Medina Bojórquez, especialista en dermatología de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
En la cabeza tenemos una cantidad mucho mayor, y depende de su color natural: los pelirrojos tienen en promedio 90 mil; los de cabello oscuro, alrededor de 105 mil, y los rubios, 140 mil.
Un verdadero signo de alerta es que los contornos de la cabellera comiencen a replegarse, generando las llamadas “entradas”, hasta exponer la parte de la coronilla, o dejar zonas amplias de la cabeza sin pelo.
Esta situación puede afectar el autoestima, pero se debe tener cuidado con las decisiones que se adopten para revertir este proceso, alertó el especialista.