México, 23 jul (EFE).- Sujetos desconocidos asaltaron la vivienda de la popular periodista mexicana y defensora de los derechos humanos Lydia Cacho, donde robaron material periodístico «altamente sensible» y mataron a una de sus perras, informó este lunes la organización de periodistas Artículo 19.
«Robaron equipo de trabajo y material periodístico altamente sensible, además mataron a una perra que protegía la casa y otra fue envenenada. Se trata de un acto de represalia por su ejercicio de defensa de derechos humanos y de su libertad de expresión», relató la organización en su página web.
La misma periodista confirmó los hechos a través de su cuenta de Twitter donde expresó: «Por más que lo intenten no dejaré de investigar. El miedo no colonizará mi espíritu».
«Soy periodista, soy feminista y defensora de los Derechos Humanos. El poder conlleva responsabilidad social», añadió Cacho.
La informadora, especializada en corrupción y violaciones a los derechos humanos en México, explicó que sus «investigaciones están seguras fuera del país» y que los asaltantes solo pudieron llevarse «copias».
De acuerdo con Artículo 19, los agresores habrían irrumpido en el domicilio de la periodista en Puerto Morelos, en el suroriental estado de Quintana Rooo, tras cortar los cables de las cámaras de seguridad.
De allí, habrían extraído «equipo de trabajo, incluyendo una grabadora de audio, 3 cámaras fotográficas, varias tarjetas de memoria, una computadora portátil, y 10 discos duros con información de alto interés público relacionada con casos de pederastia».
«Además del robo de información, desordenaron su recámara, destrozaron objetos, entre ellos fotografías familiares y ropa interior, y mataron a una perra que protegía la casa y a otra la envenenaron», informó Artículo 19.
El Gobierno de México pidió en enero pasado disculpas a Lydia Cacho al reconocer que el Estado violó sus derechos cuando fue agredida en el año 2005 tras denunciar una red de pederastas ligada a empresarios y gobernantes, un hecho que quedó impune.
La activista fue detenida en diciembre de 2005 por una decena de policías que, sin contar con orden de captura, la trasladaron de Cancún a Puebla en un vehículo propiedad del empresario de la industria textil José Kamel Nacif.
El empresario era uno de los principales señalados en el libro de investigación publicado por la periodista, «Los demonios del Edén».
Durante el viaje por carretera de Cancún a Puebla, que duró más de 20 horas, Cacho fue torturada física y psicológicamente, además de sufrir tocamientos e insinuaciones sexuales y ser amenazada de muerte de manera verbal y física.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación concluyó en 2007 que no se violaron «de forma grave» las garantías individuales de Cacho y, después de 13 años de buscar justicia, solo se ha sentenciado a un policía por tortura y siguen libres los perpetradores e instigadores de las violaciones de derechos humanos.
Fue en 2018 cuando el Comité de los Derechos Humanos de la ONU aprobó un dictamen que declaró al Estado mexicano responsable de varias violaciones de derechos humanos en contra de Lydia Cacho y otorgaba 180 días para implementar las medidas correspondientes.
México es uno de los países más peligrosos del mundo para periodistas. Al menos diez informadores han sido asesinados durante el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el poder el pasado 1 de diciembre.
Durante el pasado sexenio del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) se produjeron 47 asesinatos de periodistas en México, de los cuales 9 fueron en 2018. EFE
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