México, 25 jul (EFE).- Aunque el mundo todavía está lejos de encontrar una cura para el VIH, está más cerca de erradicarlo gracias a los avances en medicamentos innovadores y en herramientas de prevención, dijo este jueves a Efe el doctor Anthony Fauci, una eminencia que desde 1981 está implicada en esta batalla.
«Sin duda ha habido una transformación desde la primera vez que se dio el primer caso en Estados Unidos, ha pasado de ser una enfermedad mortal a una crónica, pero aún incurable», apuntó Fauci tras su participación en la 10 Conferencia Mundial Científica sobre VIH (IAS 2019) que se realizó en la Ciudad de México esta semana.
El director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, aseguró que aunque existen más herramientas para prevenir y erradicar esta enfermedad que afecta a 37 millones de personas en el mundo, «no hemos podido conseguirlo».
Hace casi 40 años, señaló, cuando se conocieron los primeros casos «no conocíamos de la enfermedad, no había prevención ni tratamiento, lo único que podíamos hacer era ver morir a la gente».
Mientras que en la década de los 90, había avances, pero aún eran muy pocos «era como poner una bandita (tira adhesiva) en una herida que sangraba, pero no funcionaba porque la gente seguía sangrando de diferentes maneras», aseveró.
Sin embargo, en la actualidad, se conoce más sobre esta enfermedad tan compleja «hemos aprendido muchas cosas, como que si mantienes los niveles del VIH indetectables, no puedes infectar a otra persona vía sexual, lo que antes era impensable», aseguró Fauci, quien es miembro de la Real Academia Nacional de Medicina de España y de la de Ciencias de Estados Unidos.
El experto, que también recibió la medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos en 2008, recordó que gracias a los avances en los tratamientos, hoy una persona que tiene VIH puede vivir casi como cualquier otra que no lo padece.
No obstante, dijo, con este tipo de innovaciones en un mundo teórico la epidemia debería estar bajo control.
«El gran problema es que aunque existen las herramientas para terminar con ella, aún existen muchas brechas en cuanto a su implementación», expresó.
En teoría, dijo, si todas las personas infectadas recibieran su terapia y mantuvieran su carga viral indetectable, la epidemia se acabaría en unos días.
«Sin embargo, aunque hay alrededor de 23 millones de personas en tratamiento en el mundo, unos 15 millones más lo necesitan y no lo tienen», indicó.
Explicó que el tratamiento antirretroviral ha salvado millones de vidas a lo largo de estos años, pero ahora la profilaxis preexposición (PrEP) es la opción más idónea para aquellas personas que tienen prácticas sexuales de riesgo.
Sin embargo, lamentó que, por una parte sean pocos los profesionales que conocen de esta herramienta.
«En Estados Unidos, por ejemplo, solo un tercio de los profesionales médicos saben de los beneficios del PrEP y por ello solo 20 % de quienes podrían utilizar esta herramienta lo hacen».
Mientras que, por otro lado, existe un problema con la adherencia de este tipo de tratamientos «pues muchos cuando empiezan a tomarlo están bien, pero en un año lo dejan ya sea por desidia o porque les parece muy fastidiosa la toma diaria y se exponen de nuevo».
Y, aunque en los últimos años se han conocido un par de casos en donde los pacientes se han curado completamente de esta enfermedad, Fauci enfatizó que fueron casos peculiares.
«Eran personas que tuvieron supresión del virus por trasplantes por leucemia o linfoma, pero eso no es práctico para los más de 37 millones de personas que viven con VIH en el mundo», manifestó.
Es por ello, que dijo, es todavía muy pronto para hablar de la cura, más no de la erradicación de la enfermedad.
«Terminar con la epidemia significa frenar la incidencia de infecciones, curarla es eliminar el virus y no estamos cerca de eso, pero sí para terminar con la epidemia, yo creo que eso se verá en los próximos años», argumentó.
No obstante, señaló, se necesita voluntad política, recursos económicos, seguir apoyando el trabajo de científicos para seguir adelante en esta lucha y, sobre todo, acabar con el estigma.
«El estigma es el gran obstáculo hagas lo que hagas y es ahí donde tenemos que enfocar nuestros esfuerzos para acabar con él», finalizó.