México, 31 jul (EFE).- El Gobierno de México presentó este miércoles un protocolo para proteger a niñas, niños y adolescentes migrantes y refugiados que se encuentran en el país sin acompañamiento, en medio de críticas por las duras condiciones de los menores en albergues migratorios.
En una conferencia de prensa, la titular del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), María del Rocío García Pérez, expuso que el modelo consta de cuatro etapas que van desde la detención hasta la reintegración familiar y social de los infantes.
El llamado «Modelo de cuidados alternativos para niñas, niños y adolescentes migrantes solicitantes de asilo y refugiados en México» llega después de la polémica suscitada en los últimos días tras denuncias de entidades civiles por la forma de atender a los menores en los centros migratorios.
El primer paso de este modelo es la identificación de los menores migrantes -son más de 33.000 en el primer semestre, solos o acompañados- la cual es realizada o bien el DIF o por el Instituto Nacional de Migración (INM).
Después comienza la segunda etapa, en la que el menor sin compañía es llevado a un centro de corta estancia.
«En este periodo la Procuraduría Federal de Protección de niños, niñas y adolescentes elabora un plan de restitución de derechos», apuntó García Pérez.
Y en paralelo, el centro de asistencia hace «un esbozo de un plan de vida individualizado».
Una vez se tiene, comienza la tercera etapa, en la que se brindan cuidados alternativos temporales a quienes permanecerán más tiempo en el país, aseguró la funcionaria.
En esta fase hay dos modalidades: o bien una familia de acogida o un centro de asistencia social especializado.
La fase final es la del egreso, consistente «en la integración familiar o el acompañamiento hacia una vida independiente», lo que en la mayoría de los casos termina en una vuelta a sus países de origen.
«Es aquí cuando se busca ayudar a las niñas, niños y adolescentes hacia la autonomía para facilitar su integración a la sociedad», dijo la funcionaria pública.
El objetivo final de este modelo a seguir -el cual no tiene un presupuesto adjudicado ni fecha de implementación- es «lograr que el cruce de una frontera o limite territorial de cualquier niña, niño o adolescente no trastoque sus derechos».
«Que en su horizonte de vida haya certidumbre, pero también futuro», apostilló García Pérez para finalizar su intervención.
Este protocolo a seguir es una respuesta más de México a la difícil situación migratoria que atraviesa el país, destino de paso de los miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos, que desde finales de 2018 buscan llegar a Estados Unidos huyendo de sus países, envueltos en condiciones de pobreza y violencia.
El pasado 7 de junio, Estados Unidos y México llegaron a un acuerdo -que evitó una imposición de aranceles y una más que probable guerra comercial entre ambos países- en el que el país latinoamericano se comprometió a reducir el flujo migratorio.
Hasta el momento, a casi 2 meses de que comenzasen las medidas -más militares en las fronteras, más personal migratorio y cero concesiones ante el drama migratorio- el flujo migratorio que llega a la frontera norte se ha reducido en un 39 %, de acuerdo con cifras recientes del Gobierno mexicano.
No obstante, en mitad de estas acciones han emergido duras críticas de organizaciones internacionales al Gobierno por las malas condiciones que los menores tienen en las estaciones migratorias.
Este martes, las organizaciones de derechos humanos Save The Children y Sin Fronteras denunciaron que las estaciones no eran lugares adecuados para los niños.
Asimismo, dejaron claro que la detención de niños contraría la Constitución mexicana y los tratados internacionales.
La respuesta del Gobierno no ha tardado y este miércoles la subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Martha Delgado Peralta, aseguró que la prioridad es impulsar una política exterior «vanguardista» y protectora, conscientes de los cambios que ha experimentado la migración en años recientes.
«Hoy la migración también se da por parte de muchas mujeres, familias e inclusive por una gran cantidad de menores no acompañados», aseguró.
Según la funcionaria, «en el primer semestre de 2019 se presentaron cerca de 33.000 niñas, niños y adolescentes en las estaciones migratorias».
Una cantidad que dobla a la de 2018, cuando ingresaron «un poco más de 14.000».
Asimismo, precisó que un 25 % de los niños que ingresan no están acompañados por nadie.
Esto, en un país como México, los convierte en un blanco fácil para el negocio del tráfico de personas que dirigen las organizaciones criminales.