México, 6 jun (EFE).- El fabricante automovilístico alemán BMW inauguró oficialmente este jueves una planta en el céntrico estado mexicano de San Luis Potosí tras una inversión de 1.000 millones de dólares y pese a los últimos choques diplomáticos con Estados Unidos, principal socio comercial de México.
«La empresa ha invertido más de 1.000 millones de dólares estadounidenses en la nueva planta de producción. La fábrica, que ya emplea a 2.500 personas, tendrá una capacidad de producción de hasta 175.000 unidades al año cuando se complete la fase de arranque», destacó la empresa en un boletín.
En la que supone su primera planta en México, el grupo alemán fabricará los modelos BMW Serie 3 Berlina en la ciudad de San Luis Potosí, capital del estado del mismo nombre.
La ceremonia en San Luis Potosí contó con la presencia de invitados como el jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo; el gobernador del estado de San Luis Potosí, Juan Manuel Carreras, y Oliver Zipse, miembro del Consejo de Administración de BMW, entre otros.
«La nueva planta de San Luis Potosí es un pilar importante de la estrategia de producción global del Grupo BMW. Nuestro objetivo es lograr un equilibrio en nuestra producción y ventas en las diferentes regiones del mundo», apuntó Zipse.
Asimismo, el representante de BMW indicó que la empresa busca «fortalecer su presencia en mercados importantes y en crecimiento».
La fábrica contará con un espacio donde todos los nuevos empleados y aprendices recibirán formación sobre los últimos procesos de producción y tecnologías del grupo.
En este sentido, la planta está trabajando con cuatro institutos técnicos en esta área y ya ha formado a 250 aprendices en oficios técnicos.
Andreas Wendt, miembro del Consejo de Administración de BMW AG, destacó además la sólida relación con proveedores mexicanos, lo que beneficiará a la planta con «rutas de suministro más cortas».
El volumen de compras del Grupo BMW en México alcanzó los 2.500 millones de dólares el año pasado.
La inauguración oficial de esta planta llega en un momento especialmente ríspido de la relación entre México y Estados Unidos, principal socio comercial de la nación latinoamericana.
Trump anunció la pasada semana por sorpresa su decisión de aplicar aranceles a todos los productos mexicanos del 5 % -y aumentar los gravámenes gradualmente hasta el 25 % en octubre- si México no frena la creciente migración hacia su vecino del norte.
Este miércoles en Washington se produjo una primera reunión de alto nivel entre gobiernos que, no obstante, no cerró con un acuerdo, lo que impactó en el peso mexicano y puso en alerta mercados y analistas.
Las exportaciones automotrices mexicanas, que en su mayor parte van hacia Estados Unidos, son la principal fuente de divisas del país latinoamericano.