Rodrigo González y Paola López hicieron realidad su más grande sueño de amor, al quedar convertidos en marido y mujer.
Ellos eligieron el templo de San Antonio de Padua para recibir la bendición nupcial, lugar que se vio concurrido por sus familiares y amigos.
El sacerdote llevó a cabo el ritual matrimonial, durante el cual preguntó a los enamorados si estaban dispuestos a amarse y respetarse como esposos, así como a recibir con amor los hijos que Dios les mande, a lo que contestaron afirmativamente, aceptándose como marido y mujer.
Los recién casados abandonaron el sacro recinto mientras las notas de la “Marcha nupcial” se dejaban escuchar.