La capilla de San Peregrino Laziosi fue el recinto elegido por el matrimonio Ruvalcaba de Loera para llevar a cabo la importante ceremonia en la cual su pequeña Regina se inició en la vida sacramental.
Oraciones conjuntas de amigos y familia reunidos, se dejaron escuchar luego del importante momento en el que Regina fue acercada a la pila de agua bendita, recibiendo sobre sus sienes un extracto de la misma y de esta manera también recibiría los dones espirituales que confiere el bautismo.
Emocionado y a la vez orgulloso porque su heredera se integraba ya a la Iglesia católica, el matrimonio anfitrión ofreció una tertulia de celebración en conocido jardín de eventos, compartiendo el pan y la sal, así como los brindis y la charla.