México, 11 jun (EFE).- La gigantesca desinformación sobre el estado de las especies y de las unidades de pesquería deriva en una mala gestión en México que pone en peligro la industria, reveló este martes un informe de la organización Oceana, dedicada al cuidado de los océanos.
En la presentación de su estudio «Auditoría pesquera: pescando a ciegas», la entidad destapó las carencias de la Carta Nacional Pesquera (CNP), en la cual un 99 % de la información es inconsistente.
En el caso concreto de las fichas de pesquerías o explotaciones pesqueras registradas en el país, el 96 % de estas contienen información inexistente o secreta.
«No encontramos las bases científicas o los fundamentos técnicos que llevaron a otorgar esas fichas», aseguró Esteban García-Peña, director de la campaña de restauración de pesquerías de la asociación.
Por ley, la CNP -que contiene el estatus no solo de pesquerías, sino de las especies disponibles para la pesca- debe actualizarse anualmente.
Sin embargo, este solo se ha actualizado 5 veces en los últimos 20 años.
Y la información de más del 50 % de las pesquerías no se actualizó en los últimos 6 años.
Además, de acuerdo con el estudio, que analizó distintos documentos públicos, el 96 % de las pesquerías presentes en la CNP -un total de 83- son inconsistentes y presenta información incompleta en cuanto a las poblaciones y disponibilidad de especies.
«Solo 21, un 25 % de las pesquerías, cuentan con un plan de manejo. ¿Y las 62 restantes?», inquirió insistiendo en la gravedad que supone que el 75 % de las pesquerías no tengan plan de manejo.
La ausencia de un plan elimina consigo la posibilidad de una pesca sustentable y aboca a una sobrexplotación con consecuencias medioambientales y alimentarias a medio plazo.
García-Peña agregó además que «en los últimos 20 años ninguna Administración federal ha llevado a cabo ninguna restauración de especies pesqueras».
Según la CNP, el 63 % de las pesquerías están sobrexplotadas, el 17 % se califican como explotadas y solo un 13 % tiene potencial de crecimiento. El 7 % restante cuenta con otro estatus no especificado.
En México se pueden pescar 735 especies y, aunque su explotación es muy elevada, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) no ha limitado los permisos de pesca, sino todo lo contrario, en los últimos 8 años estos permisos han aumentado.
El año 2016 fue el más crítico. Se entregaron 5.115 permisos de embarcación, sumando un total de 26.720 embarcaciones pesqueras ese año.
Esto le convierte en el año que más barcos pesqueros se han lanzado al mar desde 1994.
Estas políticas de autorización masiva impiden la repoblación natural de las especies y ponen en riesgo la seguridad alimentaria.
García-Peña insistió en que en el país «no hay ni políticas ni ninguna ley que mandate la restauración de pesquerías».
«Hay pesquerías que están al borde del colapso y nadie ejecuta ninguna acción de restauración», alertó.
Parte de la culpa se debe a que «el Instituto Nacional de Pesca (Inapesca), que es la autoridad científica, la que le dice a la Conapesca cómo pescar, no está transparentando información».
Entre los riesgos que enfrenta México en caso de que no se tomen medidas, la organización destaca la pérdida de empleos e ingresos en 250.000 pescadores ribereños.
De acuerdo con la FAO, en 2016 el 88 % de la producción pesquera total (151 millones de los 171 millones de toneladas) se utilizó para consumo humano directo.
El porcentaje es mayor al 67 % de la década de 1960.