México, 16 jun (EFE).- La expansión del cultivo del aguacate, producto altamente apreciado en Estados Unidos, ha castigado los suelos del estado de Michoacán al grado de provocar un severo problema de degradación y desertificación potencial, explicó una especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Además, la experta del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM, Mayra Elena Gavito, dijo que en México cada año se pierden 1,5 millones de hectáreas de superficie por degradación debido a la carencia de una política de conservación.
«A veces simplemente se pierde o se erosiona; otras se echa a perder por el manejo en agricultura o por el desarrollo de la ganadería, y otras tantas tiene procesos en los que se deteriora por acción del viento, del agua y por la aplicación de químicos», apuntó la especialista en un comunicado.
Resaltó que el problema de la desertificación avanzará a zonas húmedas y a las semiáridas, en varios grados y puso como ejemplo el estado de Michoacán, en el oeste del país.
Allí «existe un problema de degradación y desertificación potencial por la expansión del cultivo de aguacate, de los factores que más contribuyen a la desertificación y aridización en el estado».
Consideró que estos fenómenos son incontenibles porque es un cultivo altamente rentable y popular y su propagación absorbe bosques y demanda gran cantidad de agua.
«Caminamos apresuradamente a una crisis hídrica en el estado y en toda la zona donde se cultiva aguacate», advirtió.
Otro ejemplo es el cambio de uso de suelo irregular ya que se siembra aguacate donde no debe hacerse y se expande por todas partes «y no hay acciones compensatorias para evitar una crisis hídrica que produce la siembra de este producto, además, vemos un conflicto entre sociedad y naturaleza, pues se busca el desarrollo económico, pero a un costo ambiental muy fuerte».
También apuntó a la ganadería para la producción de carne destinada al consumo humano como el factor que más promueve la aridificación del suelo.
«Esta actividad se ha extendido a los trópicos seco y húmedo, y para obtener un kilo de carne se requieren miles de litros de agua», expuso Gavito Pardo.
Señaló que México es uno de los países más expuestos a la desertificación y además tiene un enorme problema de aridificación, proceso complejo que incluye aspectos climatológicos, geológicos, geomorfológicos, pedológicos y ecológicos.
Según el Atlas Mundial de la Desertificación, editado por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, entre 1951 y 2010 las áreas áridas han aumentado y muchas presentan problemas de degradación del suelo y para 2025, aproximadamente 1,8 miles de millones de personas vivirán en regiones con grave carencia de agua.
Con motivo del Día Mundial de Lucha Contra la Desertificación y la Sequía, que se conmemora este 17 de junio, la especialista en ciencia del suelo refirió que en ese documento se considera que la sequía es uno de los desastres naturales más importantes y puede agravar los procesos de degradación del suelo.
«En el corto plazo, el panorama es crítico, a menos que tomemos en serio las políticas de conservación del suelo; de otra manera, es indudable que caminamos hacia una crisis en el país», finalizó.