Guatemala, 24 jun (EFE).- El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kevin McAleenan, se reunirá el próximo miércoles con ministros del Triángulo Norte de Centroamérica para abordar la posibilidad de que Guatemala se convierta en un «tercer país seguro» para migrantes, informó este lunes el Gobierno guatemalteco.
Bajo esa figura, Estados Unidos podría enviar a solicitantes de asilo de otros países a Guatemala, algo que también se ha planteado con México y que hasta la fecha ese país ha rechazado.
El ministro de Gobernación de Guatemala, Enrique Degenhart, explicó este lunes al salir de la reunión semanal del Gabinete de Gobierno que la discusión de ser un «tercer país seguro» se tendrá durante la reunión con McAleenan, como «parte de una estrategia mucho más amplia y de beneficio bilateral».
El pasado 17 de junio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que México «está haciendo un muy buen trabajo deteniendo a gente» antes de que alcancen la frontera estadounidense y anunció que «pronto» firmaría un acuerdo con Guatemala de «tercer país seguro».
La posibilidad de ser un «tercer país» será revisada, confirmó hoy Degenhart.
A la reunión del próximo miércoles se sumarán los funcionarios encargados de seguridad de El Salvador y Honduras para trabajar también un protocolo de aplicación de pruebas genéticas a los migrantes con el fin de confirmar el lazo familiar de los menores de edad con sus responsables.
El sábado pasado, las primeras damas de Guatemala, Patricia Marroquín de Morales, y Honduras, Ana García de Hernández, acompañadas por funcionarios de los Gobiernos que encabezan sus esposos (Jimmy Morales y Juan Orlando Hernández, respectivamente) fueron testigos en EE.UU. de la aplicación de las pruebas genéticas.
Degenhart aseguró ante los medios este lunes que ese proceso de aplicación de las pruebas es uno de los temas que van a abordar «con McAleenan y los secretarios y ministros de seguridad de El Salvador y Honduras».
Según el jefe de la cartera del Interior guatemalteca, autoridades estadounidenses mencionaron que después de realizar las primeras pruebas encontraron que un 30 por ciento de casos analizados eran «fraudulentos», es decir, que no eran familiares de los menores con los que viajaban.
El esfuerzo del combate a la migración irregular es el primero de los cuatro ejes que abordan los cuatro países en un plan al que se comprometieron en mayo pasado, que incluye también el combate al narcotráfico, al tráfico ilícito de armas y el lavado de dinero.