México.- Acapulco, icónico balneario del Pacífico, reanuda este julio su actividad con la esperada reapertura de playas y el afán de recuperar su brillo tras tres meses en cuarentena.
Con playas cristalinas, un sol radiante y un clima extraordinario, la ciudad costera reabrió este julio sus playas, hoteles y restaurantes a los turistas, tras pasar a color naranja en el semáforo epidemiológico que permite conocer qué actividades se reabren en México.
«Hoy iniciamos esta etapa de reapertura pero de manera moderada. Va a tener la oportunidad la gente de visitar las playas pero con respeto, tenemos que adaptarnos a la nueva realidad que estamos viviendo», comentó a EFE el secretario de Turismo Municipal, Jose Luis Basilio.
Acapulco se encuentra en el primer lugar de Guerrero con 3.228 casos confirmados de COVID-19 y 495 defunciones, de los 5.638 casos y 914 fallecimientos en Guerrero, según el reporte más reciente.
El secretario de Salud estatal, Carlos de la Peña Pintos, dio a conocer que la ocupación hospitalaria del puerto tuvo una disminución de 7 puntos porcentuales, al contar con un 44 % de camas ocupadas por la COVID-19.
BAÑO CON PROTOCOLOS
A pesar de que las playas doradas son uno de los principales atractivos turísticos del puerto por su agua templada, estas ahora tienen un horario de acceso de 12 horas; de 7 de la mañana a 7 de la tarde, hora local.
Además de que se le han agregado reglas para su entrada por lo que se deberá utilizar cubrebocas. Solo se permiten actividades individuales como caminar, correr o nadar, y reuniones de un máximo de tres personas, guardando la distancia.
Por ello, se ha prohibido al momento el mobiliario de playa, el consumo de alimentos y las bebidas.
Para el puerto, el modelo del servicio turístico ha cambiado y hoy tiene un mayor peso el tema de la sanidad, por lo que los prestadores de servicios lo consideran una área de oportunidad para atraer a un turista más responsable.
PARA FRENAR LA DEBACLE
«Nos corresponde también a nosotros mismos ver que esto no vuelva a ser un rebrote y volver a cerrar. Ahorita el turismo se va a sentir un poco raro con la nueva forma de trabajar, pero la gente tiene que entenderlo para evitar contagios», dijo a EFE el presidente de los Restauranteros de Caleta y Caletilla, José Luis Laredo Vargas.
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Guerrero informó que tan solo en abril y principios de mayo se perdieron 60.000 empleos en el estado por la emergencia sanitaria, de los cuales 10.000 eran empleos formales.
Aunque se comienza a respirar esperanza en Acapulco, la realidad de volver a ser el destino turístico de antes está muy lejos de llegarse a ver.
«Más de 480 negocios no podrán abrir sus puertas nuevamente por problemas económicos que ha dejado la pandemia a las micro y medianas empresas», dio a conocer el presidente de la Federación Estatal de Cámaras de Comercio en el estado de Guerrero, Alejandro Martinez Sidney.
ANHELADA VIDA NOCTURNA
Para los empresarios de la ciudad no fue suficiente reabrir el giro hotelero para poder reactivar la economía del lugar, ya que ellos consideran que buena parte de los ingresos totales provienen de la vida nocturna.
«Bares y discotecas representan el 40% de los ingresos para Acapulco», enfatizó Martinez Sidney, lamentando que todavía no se tenga una fecha para la reapertura de bares, discotecas y centros de entretenimiento, entre otros.
LA NUEVA NORMALIDAD
Tan solo en la temporada vacacional de invierno 2019-2020 más de medio millón de turistas visitaron el puerto de Acapulco dejando una derrama económica de 2.765 millones de pesos (unos 123 millones de dólares).
«Ya tenemos reservaciones para mañana. Esperemos poco a poco ir subiendo», dijo a EFE el gerente del Hotel Elcano, Pedro Haces, quien alentó a concienciar a los turistas a quedarse dentro del hotel y seguir las normativas establecidas.
Pero no a todos les ha gustado la nueva normalidad con la que Acapulco los recibirá, por lo que turistas se han quejado de las normas que tienen que acatar para poder permanecer en las playas.
«Cómo voy a estar con un cubrebocas en el mar, es algo ilógico al igual que no poder pasar mi comida», le decía un turista a los efectivos de seguridad que se encuentran en los principales accesos a las playas e informan sobre las medidas establecidas.
Mientras que para otros, es un privilegio poder estar de regreso al «paraíso».
«Es muy caluroso el uso de cubrebocas en la playa, pero es el precio que tienes que pagar. Es esto o estar encerrados en su casa», comentó Laura, que junto con su esposo y dos hijos, quisieron aventurarse a vivir la nueva normalidad en el puerto.
Acapulco amaneció en su primer día de reapertura con un 1,5 % de ocupación hotelera y se espera que el 6 de julio se reactiven las actividades de venta informal en playas bajo la regulación y control de autoridades.