Aguascalientes.- También la Iglesia Católica padece la crisis económica del coronavirus tras la ausencia de fieles; sus ingresos cayeron drásticamente.
La suspensión de misas con presencia de fieles mermó drásticamente los ingresos en los templos a través de la colecta, al grado de no disponerse de los recursos necesarios para el pago del salario a trabajadores y otros servicios.
Sin embargo se hizo hasta lo imposible para evitar el despido de personal por lo que se realizaron una serie de negociaciones con los trabajadores, excepto por la eliminación de todos los gastos innecesarios y la cancelación de las obras de infraestructura que se tenían en marcha y programadas.
Entre algunas de las medidas tomadas, el vocero del Obispado, Felipe Gutiérrez Rosales, resaltó la suspensión de obras de remodelación, ampliación y construcción de templos.
Al reanudar las conferencias de prensa semanales de manera presencial, el sacerdote señaló que “aunque se reiniciaron las misas con presencia de fieles, la captación de ingresos sigue siendo baja”.
Sin embargo se presentaron etapas más duras y difíciles durante la suspensión de misas con presencia de fieles, pues no se tenía la posibilidad de mantener los gastos, por lo que el Obispo José María de la Torre Martín dio una serie de instrucciones comenzando por conservar a los empleados y no tocar sus prestaciones.
“Gracias a Dios se pudo conservar a los empleados aunque en algunas parroquias fue indispensable disminuirles el sueldo aunque fue necesario iniciar una serie de negociaciones con los mismos trabajadores”, dijo el vocero.
En algunos casos, los menos, fue posible sostener los salarios gracias a los ahorros con que se contaba en pocos templos.
Tras la apertura de los recintos religiosos todavía no se logra recuperar la solvencia económica de los mismos, por lo que todas las obras se mantienen suspendidas.