Manuel Sánchez Gómez
Londres.- «Es imposible no soñar con ascender», dijo Marcelo Bielsa en su primera rueda de prensa al frente del Leeds United. El argentino fue la punta de lanza del proyecto del empresario Andrea Radrizzani para acabar con 16 años de sufrimiento en Elland Road. Un periplo que ha terminado con final feliz, pero que por el camino ha dejado una historia de descensos, ascensos y mucho dolor.
Radrizzani compró el Leeds en 2017 y a partir de ahí el equipo empezó a mejorar, pero las cosas no siempre le fueron de cara a los Whites, un conjunto que pasó de disputar las semifinales de la Liga de Campeones a vender a sus mejores jugadores, merodear por las divisiones inferiores de Inglaterra y acumular ridículo tras ridículo para desesperación de sus aficionados.
Aquellas semifinales de Champions contra el Valencia en 2001 fue un gran grito de gloria del Leeds, pero trajo consecuencias terribles.
Peter Ridsdale fue el presidente del club durante aquellos años y, pese al éxito inicial, hipotecó al club a la larga. Pidió préstamos por valor de hasta 60 millones de libras que el club pagaría en los años posteriores con la clasificación a la Liga de Campeones. El problema fue que ni en 2002 ni en 2003 lo consiguieron, metiéndose únicamente en la Copa de la UEFA e implosionando el club financieramente.
Un conjunto que contaba en sus filas con Rio Ferdinand, Robbie Fowler, Alan Smith, Mark Viduka, Robbie Keane, tuvo que ir vendiendo a sus activos por precios inferiores a sus coste real. Keane, por ejemplo, se marchó al Tottenham Hotspur por 7 millones de libras y Ferdinand por 30 al Manchester United.
Los que se quedaron vieron el declive del equipo que, acuciado por las deudas, terminó por irse al pozo en la campaña 2003/2004, apenas dos años después de jugar las semifinales de la Copa de Europa.
Ridsdale salió pitando del equipo en marzo de 2003, dejando una deuda de más de 100 millones de libras y al equipo moribundo. Una losa que estuvieron apunto de salvar la temporada siguiente, cayendo en el playoff de ascenso a la Premier contra el Watford.
Comenzó entonces el periodo más lúgubre de la historia reciente del Leeds. En mayo de 2007 se declararon en bancarrota, fueron sancionados con 10 puntos y descendieron a la League One (Tercera división) por primera vez.
Ahí el club estuvo a punto de desaparecer, puesto que, a no ser que salieran de la situación financiera en la que estaban metidos, no podrían empezar la siguiente temporada y serían excluidos.
El empresario Ken Bates los salvó al comprar el club, aunque fueron sancionados con 15 puntos, lo que lastró sus opciones. Sin esa sanción, hubieran ascendido directamente.
Tras dos años de jugar los playoff y no conseguir el objetivo (perdieron la final con el Doncaster en 2008 y en semifinales con el Millwall en 2009), a la tercera fue la vencida y el Leeds se convirtió en club de Championship en 2010 al quedar segundo en la League One.
El Leeds se asentó en la zona media de la tabla, pero los problemas no acababan. El club fue vendido por Bates a GFH Capital y posteriormente al empresario italiano Massimo Cellino, quien lejos de dar estabilidad lo trastocó todo aún más con permanentes cambios en la dirección. Tuvieron hasta 12 entrenadores entre 2012 y 2017.
Los ‘Whites’ fueron difuminando paulatinamente parte de su historia y legado, acabando varias temporadas más cerca del descenso que de volver a la Premier League. Fueron superados por clubes con mucha menos raza en la competición y se convirtieron en objeto de burlas para sus rivales.
Las aficiones comenzaron a cantarles «Leeds are falling apart again», estrofa tomada de la mítica canción del malogrado grupo Joy Division, para reírse de ellos.
«Nos hemos acostumbrado ya a que nos lo canten», explicó a The Telegraph un directivo del Leeds este año. Esa era la situación del Leeds en la década de 2010.
Pero para 2017, Radrizzani, otro empresario italiano, este dueño del conglomerado de comunicación Eleven Sports, se hizo con una participación mayoritaria del Leeds y comenzó la enésima reconstrucción.
Esa temporada, la 2017-2018, el empujón no dio el resultado esperado y el Leeds finalizó décimo tercero, pero para el verano, el golpe de efecto estaba al llegar.
Aterrizó en Elland Road Marcelo Bielsa, el «Loco», el hombre que hizo soñar a Chile y al Athletic de Bilbao. El hombre que tenía presdestinado acabar con el sufrimiento de toda una ciudad.
En su primera campaña lo rozó. Pese a estar casi todo el año en puestos de ascenso directo, el equipo sufrió un bajón en la recta final y se conformó con un playoff contra el Derby County, salpicado por el famoso caso de espionaje de Bielsa que apunto estuvo de costarle el puesto.
El Leeds no subió y se puso en duda la continuidad del proyecto del argentino, pero la directiva confió en la continuidad.
Un año después de aquellos acontecimientos y esta vez sin playoff de por medio, el Leeds es equipo de Premier League. El Leeds de Bielsa. El Leeds que ya no sufre.