México, 7 ago (EFE).- Oliverio nació el 14 de julio en México y hoy María Victoria Ferrero aprende a diario junto al bebé los secretos de ser madre, como la importancia de la lactancia en tiempos de coronavirus.
«Hasta el momento estamos llevando lactancia materna exclusiva. Mi opinión antes del nacimiento de Oliverio era que es muy importante tanto a nivel físico (defensas, nutrición) como a nivel emocional ya que contribuye positivamente en el vínculo madre-hijo», cuenta a Efe esta argentina radicada en México desde hace siete años.
En la Semana Mundial de Lactancia Materna, que culmina este 7 de agosto, Vico, como la conocen sus allegados, valora a sus 35 años como nadie el tiempo que pasa con Oliverio y que puede dedicarle a su alimentación, sea por culpa o gracias a la pandemia.
La situación actual «me permitió transitar todo el último tramo del embarazo y el comienzo de la maternidad en la tranquilidad del hogar», reflexiona.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la alimentación de leche materna de modo exclusivo durante los seis primeros meses de vida y posteriormente se puede acompañar con otros alimentos hasta los dos años de edad.
Pero en México, según cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2018, entre los cero y seis meses solo el 28,6 % de los niños es amamantado. Y apenas una de cada 10 mujeres trabajadoras amamantan a sus hijos.
La Unicef destacó recientemente los beneficios de esta práctica.
«Si algo debemos aprender de la actual pandemia es que un sólido sistema inmunológico es uno de los mejores legados que podemos darles a nuestros niños y niñas», declaró en un boletín Pressia Arifin-Cabo, representante adjunta de Unicef en México.
Vico, psicóloga en una guardería, comparte plenamente esta idea y le gustaría amamantar todo el primer año, aunque asegura que no es un camino de rosas.
«Es muy duro. Apoyo y abrazo a las mujeres que deciden colgar los guantes. Ahora siento que le veo el final al sufrimiento y eso me anima, pero aún no sé si lo logro. Me pregunto por qué no hay más desarrollos científicos que nos ayuden a atravesar este proceso con menos dolor. ¿Si amamantaran los hombres, los habría?», argumenta.
UN EMBARAZO Y LA NUEVA NORMALIDAD
Vico tuvo un parto dentro del agua que no olvidará. Por el coronavirus -que hoy suma en México más de 460.000 contagios y 50.000 muertos- fue con muy pocas personas y estrictas medidas de higiene.
«Incertidumbre» es la palabra que mejor encaja con el momento que vive ahora mientras continúa en cuarentena debido a la pandemia de COVID-19, que transformó su idea de cómo llevaría el embarazo.
En marzo, Vico tuvo que prescindir de su poca familia en México. Sus tíos quedaron varados en Argentina por el cierre de fronteras.
«Satelitalmente mis amigos estuvieron llevándome comida, mimos, antojos y llenaron el espacio un poco», cuenta.
Sin embargo, lo que más le angustiaba era que, en su estado, cualquier motivo de salud la llevara al hospital y, mientras más avanzaba el embarazo sus miedos crecían.
Uno de los puntos del protocolo de COVID es que, en caso de contagio, a la madre la separan del bebé 14 días. «Todas esas cosas me parecían aterradoras», comenta.
Pero todo salió bien y Vico tuvo un parto en el agua acompañada de una enfermera, una pediatra, una ginecóloga, una doula y una de sus mejores amigas.
EL DÍA A DÍA
Tras el nacimiento de Oliverio, Vico quisiera que su pequeño fuera abrazado, besado y conocido por sus amigos y familia.
«Yo me imaginaba una fiesta en la que la gente venga para que todo el mundo lo toque y lo abrace. Pero (el coronavirus) es el enemigo invisible, no me animo a dar pasos en falso», afirma.
Además, la incertidumbre económica también le pega, pues aunque sabe que es «de las tocadas» que no ha perdido el empleo, reconoce que no lo tiene asegurado y por ello no descarta volver a Argentina.
Con todo, María Victoria reconoce que su hijo es de lo más bonito que le ha pasado. «Aprendí que siempre puedo un poquito más aun cuando siento que ya no puedo. En mi caso la maternidad es un deseo cumplido», redunda.
UN ACOMPAÑAMIENTO DIFERENTE
Las circunstancias llevaron a la española Sonia Sánchez a acompañar muy de cerca a Vico en su aventura maternal.
Sonia se puso en cuarentena dos semanas antes de que Vico saliera de cuentas por seguridad y la argentina incluso se mudó a su casa el mismo día en que dio a luz.
Fue un alumbramiento alejado de los tópicos y entre mujeres.
«Fue una gran experiencia. Estoy orgullosa de haber sabido mantener la calma y transmitirla y muy agradecida a Vico de permitirme vivir esa experiencia. No lo puedo explicar bien, pero el momento en que nació Oli y lloró, algo pasó en mi cerebro y es una emoción y alegría incomparables», apunta.
Por precaución, se acabaron por el momento las reuniones sociales. Y aunque Sonia muere por una cerveza helada, este acompañamiento a la maternidad es todo un regalo.
«Están siendo semanas muy lindas donde cada día aprendes algo nuevo y te sorprende algo nuevo», dice la editora de vídeo.