México, 10 ago (EFE).- Un grupo de científicos de la Universidad de Cardiff, de Reino Unido, confirmó la teoría sobre la existencia de una estrella de neutrones planteada por el investigador Dany Page Rollinet, del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Con base en investigaciones del observatorio astronómico Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array (ALMA), ubicado en Chile, los científicos detectaron que una estrella de neutrones se esconde en lo profundo de los restos de una estrella explotada que creó la Supernova 1987A.
Desde 1987, Page, junto con colegas del Instituto Max Planck de Astrofísica de Alemania y de las universidades Stony Brook y de Ohio, de Estados Unidos, predijeron teóricamente con modelos numéricos su existencia y apariencia.
A través de ALMA, el observatorio astronómico más grande del mundo, se pudo ver un exceso de brillo en una burbuja de polvo presente en los escombros centrales del remanente.
Page afirmó que durante las explosiones de supernova se produce un hoyo negro o una estrella de neutrones y aunque generalmente se espera que la estrella de neutrones sea un pulsar, su predicción fue que la estrella de neutrones no emitía pulsos.
«Las observaciones actuales indican que esto es correcto», afirmó Page.
Explicó que, para emitir pulsos, la estrella de neutrones debe tener un campo magnético muy fuerte.
«En este caso hubo muchísima materia que volvió a caer sobre la estrella, unas horas después de la explosión. Y, según mis cálculos, esta materia debió haber tapado el campo magnético, y ya no pudo emitir pulsos», detalló.
Las estrellas con más de ocho veces la masa del Sol tienen un final explosivo, conocido como supernova, cuyo residuo puede ser una estrella de neutrones o un agujero negro, dependiendo de la cantidad de masa que queda después de la explosión.
Estudiar las etapas posteriores a este evento no es sencillo, porque su ocurrencia en la galaxia es de una vez cada 50 años, y no necesariamente puede verse desde la Tierra.
En el caso de la remanente de la supernova 1987A, se estima que la cantidad de polvo en los escombros es equivalente a 200.000 veces la masa de la Tierra.
Desde que se registró la explosión, en 1987, ha habido esfuerzos internacionales para detectar el residuo de esta explosión.
«Ahora se tiene un argumento sólido para afirmar que el residuo es una estrella de neutrones», remarcó Page.
El hallazgo observacional de los estudios teóricos de Dany Page, hecho por el grupo de Phil Cigan y Matsuura Mikako, de la Universidad de Cardiff, en Gales, Reino Unido, se publicó recientemente en la revista científica The Astrophysical Journal.