México, 12 ago (EFE).- Un bloqueo marítimo y el corte de agua potable fueron usados como tácticas por el conquistador español Hernán Cortés para sitiar a México-Tenochtitlán, la capital del imperio mexica caída el 13 de agosto de 1521, explica a Efe el prestigioso arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma.
El asedio español a la ciudad que los había maravillado al llegar dos años antes al centro del imperio mexica comenzó el 26 de mayo y culminó 75 días después, el 13 de agosto de 1521, al ser capturado el tlatoani (emperador) Cuauhtémoc cuando pretendía salir en una canoa.
En entrevista con Efe con motivo de los 499 años de la caída de Tenochtitlán, Matos Moctezuma comenta que la estrategia de Cortés fue dominar el lago que rodeaba a esta ciudad, bloquear los caminos y cortar el acceso al agua potable.
«Cortés manda hacer los bergantines, manda traer los aparejos de los barcos que había encallado, nunca los quemó, eso es un mito», asegura Matos Moctezuma, fundador de la maestría en Arqueología en la ENAH y miembro honorario del Archeological Institute of America.
Los españoles dominan el lago en contra de las miles de canoas mexicas que los atacaban, Cortés asume el mando de los bergantines y empieza «un asedio tremendo», destaca Matos, fundador de la maestría de arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) de México.
Otro factor que explica la caída del imperio azteca es la ayuda de miles de indígenas que se revelan contra los aztecas por «los tributos que Tenochtitlan imponía, lo que causaba un rencor fuerte en contra de los mexicas y que los llevó a apoyar a los españoles», señala el experto.
Los mexicas «prácticamente están solos en combate en una situación tremenda que empieza a haber por la falta de víveres y de agua para beber, a eso le agregamos la epidemia de viruela: Estamos ante un panorama realmente desolador de la capital mexica», relata.
«El final ya lo sabemos: en un momento dado, el 13 de agosto de 1521, va a caer Tlatelolco en poder de Hernán Cortés y sus huestes españolas e indígenas», explica el arqueólogo.
CUAUHTÉMOC, EL ÚLTIMO TLATOANI
El emperador Cuauhtémoc «se da cuenta de que la situación se torna muy difícil, que ya no va a poder contener el ataque español e indígena y toma una canoa, va huyendo hacia tierra firme y es detenido por García Holguín y lo llevan ante el capitán español», expresa el arqueólogo.
Matos Moctezuma recuerda el significado de tlatoani (emperador) como «el que habla, el que tiene la palabra» para resaltar su valor como la persona en la que residían dos elementos fundamentales como el gran jefe del ejército y también el gran sacerdote religioso.
Para explicar el significado y los alcances de la captura de Cuauhtémoc por los españoles, el arqueólogo refiere el golpe moral que el pueblo mexica ya había sufrido con la pérdida de sus tlatoanis Moctezuma, que recibe a Cortés, y de Cuitláhuac, que es quien provoca la derrota de la Noche Triste a los españoles.
Ante Cortés, Cuauhtémoc pronuncia las históricas palabras: «Señor Malinche, ya he hecho lo posible en defensa de mi ciudad y de mis gentes, por lo tanto estoy aquí ante tu fuerza y poder y por lo tanto toma el puñal que tienes en el cinto y mátame luego con él».
El arqueólogo apunta que las palabras de Cuauhtémoc fueron traducidas por la Malinche del náhuatl al maya a Jerónimo de Aguilar, quien las tradujo al español al conquistador, «lo que al paso del tiempo ha generado una controversia sobre su real significado».
Para Matos Moctezuma, Cuauhtémoc busca cumplir su ciclo como guerrero y su petición de muerte es realmente la de ser sacrificado a los dioses, «pero Cortés no entiende eso y lo perdona».
«Yo siempre he puesto el énfasis en que lo que quiere decir el joven tlatoani no es toma ese puñal y mátame luego con él, sino sacrifícame, un concepto muy diferente en el mundo indígena, porque el destino de los guerreros que eran muertos o capturados en combate, eran sacrificados a sus dioses», detalla.
Es importante retener a la cabeza del grupo mexica como prisionero, pero también hay un cierto temor de que cuando Cortés viaja a las Hibueras (Honduras), se lo lleva para evitar un levantamiento en la recién fundada ciudad novohispana, considera.
LA CIUDAD DE MÉXICO
Sobre Tenochtitlán se va a construir la nueva ciudad en lo que Matos explica como un intento político «muy interesante», porque para los pueblos que faltaban por conquistar «tenía un simbolismo muy importante y, por lo tanto, ahí implanta la nueva ciudad para continuar con la imagen de ese lugar que estaba dando a otros pueblos».
Con el paso de los siglos, la arqueología ha ido encontrando vestigios de las dos ciudades, Tenochtitlan y Tlatelolco, como el hallazgo en 1978 del Templo Mayor en un proyecto que es coordinado por Matos Moctezuma.
«En el templo mayor hemos excavado lo que es el corazón de Tenochtitlan, con otros templos aledaños, todo ese recinto, esa gran plaza sagrada donde había hasta 78 edificios, según dice Sahagun.
La arqueología ha ido encontrando parte de estos edificios como dos de los templos de Ehecatl (dios azteca del viento), también el juego de pelota, parte del Tzompantli (altar de calaveras).
«La realidad es que la actual ciudad está encima de la ciudad tenochca», concluye Matos Moctezuma.