México, 13 ago (EFE).- La pandemia de COVID-19 en México continúa descontrolada y contaminada por un debate sobre el valor de usar o no el tapabocas, justo cuando el país está por romper la barrera del medio millón de contagios, pese a que el país apenas hace pruebas, y los 55.000 fallecimientos.
La Secretaría de Salud confirmó 498.380 contagios de la COVID-19 y 54.666 muertes tras los 5.858 contagios y 737 muertes reportados en su informe técnico más reciente sobre el virus SARS-CoV-2.
Con una media diaria de más de 6.000 contagios y 500 muertos, México superará este mismo jueves la barrera de 500.000 casos y con el número de decesos actual se colocará en el «peor escenario» de muertos supuesto por las autoridades en semanas y meses anteriores.
Solo durante el mes de julio, en el país se reportaron 195.682 infecciones de la COVID-19 y 18.283 muertos. Y en los primeros 12 días de agosto se han acumulado 58.329 casos y 6.457 muertes, lo que refleja que la pandemia no ha logrado contenerse.
México ocupa el séptimo lugar mundial en el número de casos confirmados detrás de Estados Unidos, Brasil, India, Rusia, Sudáfrica y Perú y el tercero en muertes por la COVID-19 después de Estados Unidos y Brasil, en número absolutos.
«No se ha acabado la epidemia, como hemos dicho en muchas ocasiones es una epidemia larga, lo planteamos así en febrero, en México durará al menos hasta octubre», dijo el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell.
EL DEBATE SOBRE EL VALOR DEL CUBREBOCAS
López-Gatell abonó al debate sobre el valor que el cubrebocas tiene en estos tiempos de pandemia al reiterar que es un instrumento auxiliar pero sin evidencia científica de que interfiera para evitar que lleguen los virus.
«Es un buen instrumento auxiliar en la prevención si se usa de manera correcta y continua, en cambio no hay evidencia científica útil de que sea capaz de interferir con la llegada de los virus», dijo el encargado de la política de combate a la epidemia.
Y el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se mantiene en la línea de que solo lo usará si los especialistas de su gabinete le piden hacerlo.
«Si a mí me dicen los especialistas que ayuda que yo aparezca con los cubrebocas, lo voy hacer, no tengo por qué no hacerlo», declaró el mandatario en su conferencia de este miércoles en el Palacio Nacional.
EXPERTOS PIDEN NORMALIZAR EL TAPABOCAS
En contraposición, expertos como los epidemiólogos Alejandro Macías y Rogelio Navarrete coinciden en que debería ser general y cotidiano y deberían llevarlo desde el presidente hasta los niños en todo el país.
«Las medidas para evitar mayor tasa de infección debieron ser más oportunas. Y claro que se debe usar cubrebocas en forma generalizada, en todos los niveles: desde el presidente hasta los niños», declaró a Efe Rogelio Navarrete, reconocido como uno de los mejores especialistas en Microbiología e Infectología de la Ciudad de México.
Alejandro Macías, subdirector de Epidemiología Hospitalaria y Control de Calidad de la Atención Médica en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, dijo a Efe que entre las cosas que se pueden hacer mejor está normalizar el cubrebocas.
«Además de seguir promoviendo higiene de manos, sana distancia, no tocarnos nariz o boca, implementar el uso de cubrebocas, de manera generalizada, normalizar lo que nos recomiendan», comentó este experto.
En opinión de Macías, incluso a algunas personas parece que les apena usarlo.
«Creo que eso lo que deberíamos de recomendar de manera franca, sin tibiezas, sin ambigüedades, sin ambages: usen cubrebocas y que nos lo muestren las autoridades, los políticos, que tienen un foro que no tiene nadie; sus seguidores hacen lo que ellos dicen, creo que es eso lo que nos está faltando», indicó.
Para Macias, las autoridades además deberían enfocarse en hacer más pruebas de detección, «que se reporten a tiempo, en menos de 48 horas» para que el infectado y sus contactos puedan aislarse.
Todo estas «son cosas que se pueden hacer todavía no es demasiado tarde y se pueden hacer mucho mejor», apuntó.
Navarrete explicó que la estrategia sanitaria no siempre es la misma conforme pasa el tiempo y se debe ir adecuando al comportamiento, a la predicción de factores de riesgo y de impacto en la prevención.
«Lo importante es tener un sistema de información honesto y confiable», señaló el experto al apuntalar la idea de que deberían considerarse cambios en la estrategia, en todos los niveles, desde el núcleo de la familia, de trabajo, grupos sociales y en áreas de mayor riesgo, como son los hospitales.