Washington, 18 ago (EFE News).- La Organización Panamericana de la Salud (OPS) urgió este martes a los Gobiernos de América a considerar la salud mental como un «componente fundamental» de la respuesta a la COVID-19, cuando el continente alcanza casi 11,5 millones de contagios y más de 400.000 muertes.
«Nuestra región continúa soportando la carga más alta de enfermedad por el coronavirus al nivel mundial», afirmó en una conferencia de prensa virtual la directora de esa organización, Carissa Etienne.
La experta advirtió sobre el avance del virus en América, al indicar que concentra el 55 % de los casos nuevos notificados la semana pasada.
«La región de las América tiene aproximadamente un 13 % de la población mundial, pero el 64 % de las muertes notificadas oficialmente hasta ahora en el mundo», agregó.
En ese contexto, apuntó que aunque Estados Unidos y Brasil son los países que «están impulsando» las cifras de la enfermedad en la región, están viendo una «tendencia ascendente» en otros lugares que se habían mantenido estables, como por ejemplo el Caribe.
LA SALUD MENTAL, LA OTRA CARA DE LA PANDEMIA
La directora de la OPS llamó a no descuidar los efectos del coronavirus en la salud mental de las personas, en especial por el miedo a la infección o la ansiedad en caso de haberla contraído, el dolor por la pérdida de seres queridos o la incertidumbre ante el futuro, entre otras.
«La pandemia de COVID-19 ha provocado una crisis de salud mental en nuestra región a una escala nunca antes vista. Se trata de una tormenta perfecta en todos los países, ya que vemos necesidades cada vez mayores y recursos cada vez menores para abordarlas», alertó.
«Es urgente -añadió- que el apoyo a la salud mental se considere un componente fundamental de la respuesta a la pandemia».
En palabras de la funcionaria, la salud mental es una «epidemia silenciosa» que ha afectado al continente desde antes del coronavirus, en especial la depresión y la ansiedad como causantes de discapacidad.
Pero en un contexto de pandemia, la líder de la organización panamericana alertó del empeoramiento de las enfermedades mentales y del consumo de alcohol, que en América -dijo- se calcula es el segundo más alto del mundo.
«Las encuestas de los tres países de nuestra región más afectados por la COVID-19 (Estados Unidos, Brasil y México) muestran que aproximadamente la mitad de los adultos están estresados por la pandemia», describió Etienne, al citar cifras según las cuales muchos acuden al alcohol y los estupefacientes para sustraerse a la nueva realidad.
En particular, llamó la atención sobre la necesidad de brindar apoyo de salud mental a las personas enfermas con el virus y a sus cuidadores, así como a los trabajadores de la salud que, aseguró, «están sufriendo agotamiento, ansiedad y depresión».
PANDEMIA Y VIOLENCIA DOMÉSTICA
La directora de la OPS pidió igualmente que se atienda de forma «urgente» el aumento de la violencia doméstica en la región, donde las estadísticas previas a la pandemia ya dejaban en evidencia un panorama preocupante.
«En toda nuestra región, más de un tercio de las mujeres han sufrido violencia de pareja en algún momento de su vida, y al menos uno de cada dos niñas o niños ha sufrido violencia en el último año y antes de que comenzara la pandemia», sentenció.
Sin embargo, ilustró, en medio de la pandemia las llamadas a una línea de ayuda familiar en Argentina se incrementaron un tercio, mientras que en Colombia «se multiplicaron» y en México las llamadas de emergencia aumentaron «en más del 50 %».
«Esta pandemia nos recuerda, como nunca antes, que la salud mental es fundamental para el bienestar de las personas y las sociedades», apuntó.
ACCESO A LA VACUNA
La líder de la OPS abogó también por la importancia de garantizar un «acceso equitativo» a la vacuna, al indicar que es «clave para garantizar que vamos a poder proteger a todos los grupos vulnerables en todos los países, ricos o pobres, y salvar millones de vidas».
«Esta es la prioridad máxima cuando la vacuna esté disponible», sentenció la funcionaria, quien confirmó que ya hay más 150 vacunas en distintos estadios de desarrollo, de las cuales ocho se encuentran en la fase 3 de los ensayos clínicos, algo que consideró «inédito», al igual que la pandemia.
De allí que estimó necesario empezar a trabajar «ahora» para asegurar el acceso de todos los países a la vacuna, a los que invitó a sumarse al mecanismo COVAX Facility, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Alianza para la Vacunación (GAVI).
Etienne afirmó que, según criterios económicos, diez países de la región (Bolivia, Dominica, El Salvador, Granada, Guyana, Haití, Honduras, Nicaragua, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas) reúnen las condiciones para recibir apoyo económico de ese mecanismo para acceder a las vacunas a través de donaciones.
«Para el resto de los países de la región -sostuvo- el mecanismo COVAX va a reducir los riesgos que representan los acuerdos bilaterales con empresas específicas».