México 29 ago (EFE).- El uruguayo Robert Dante Siboldi, entrenador de Cruz Azul del fútbol mexicano, aseveró este sábado que no le obsesiona el liderato del torneo Apertura porque su prioridad es alcanzar la mejor forma en la liguilla.
«Mi obsesión es el trabajo, no el liderato del Apertura. Ser primer lugar en México no nos va a dar el campeonato, eso lo entendemos porque el sistema de competencia tiene una liguilla, sin embargo, estar en los cuatro primeros permitirá no sufrir un juego extra del repechaje», dijo a EFE.
El Cruz Azul es líder del torneo Apertura 2020, bautizado por la Liga Mx como torneo Guardianes, certamen en el que cambió la forma de clasificación a la liguilla, fase decisiva, a la que entrarán de manera directa cuatro equipos, mientras los cuatro boletos restantes los ganarán los mejores en de una repesca con los ocupantes de los lugares del 5 al 12 de la tabla.
Al hablar de su trayectoria, Siboldi recordó que sus bases las forjó en el Peñarol de su país, bajo la disciplina del entrenador Óscar Washington Tabárez, a día de hoy día entrenador de la selección uruguaya, pero fue Luis Garisto, el técnico que lo marcó.
«Trabajé con Garisto en Argentina, en Gimnasia y Esgrima La Plata. Luego él me trajo a México en 1989 con Atlas y salí premiado el mejor portero de México en 1990. Me siento identificado con él y llevo a cabo el trabajo defensivo que implantaba, ha sido influyente para lo que soy como entrenador», reveló.
El estratega calificó el trabajo defensivo de su equipo como un área primordial en el funcionamiento colectivo.
«Tenemos una línea defensiva variada que se complementa; unos poseen juego aéreo casi perfecto, otros son mejores en el mano a mano, hay a quien le gusta romper las jugadas y otros atacar. En esa diversidad de capacidades la idea es trabajar para que toquen la misma sinfonía», reconoció.
Siboldi fue portero del Atlas de 1989 a 1992, hasta que decidió parar un año por no encontrar un acuerdo de renovación.
«Atlas atravesaba un momento difícil en lo económico por lo que no encontramos un acuerdo, así que decidí esperar un año. Me fui a Uruguay ya que era seleccionado con Luis Cubilla, jugué la Copa América de 1993. Fue un hecho inédito de que un jugador sin equipo fuera titular en un torneo internacional» recordó.
Pasó después a Cruz Azul en el que jugó de 1993 a 1994, tiempo breve pero que fue preciso para que amara estos colores a pesar de que no le dieron continuidad.
«El afecto se genera por las vivencias. Cruz Azul tenía y aún en la actualidad, una idea futbolística de salir a ganar siempre, eso me fascinó, es un estilo de presión y de juego que me encanta, hoy practicamos lo mismo en cualquier campo», concluyó.