No hacía falta tener dones adivinatorias para adelantar, como hicimos ayer, que el mandatario refutaría las aseveraciones del fin de semana de Arturo Herrera, su secretario de Hacienda, y cómo era más que previsible dijo ayer en su conferencia matutina que ‘ya vamos de salida’ de esta crisis económica que está causando devastación en todos los sectores productivos del país e incluso en la caja de haberes de su Administración.
Lo crea o no el mandatario, la crisis económica está allí, como están las cifras que nos hablan de los estragos que causa la pandemia, los reportes sobre la inseguridad y un panorama desconcertante, cuando vemos que a pesar de los nulos resultados del Gobierno Federal, incluso en la cacareada lucha contra la corrupción, los candidatos de MORENA llevan ventaja en la mayoría de los Estados donde se celebrarán elecciones, con la salvedades de Campeche y Chihuahua.
En este contexto, el presidente entregará hoy al Congreso su segundo informe de actividades y aprovechará la ocasión para repetir los tópicos a los que ya nos tiene acostumbrados, que nos atreveremos a adelantar pintarán un panorama del país tan acorde con sus esquemas mentales como alejado de la realidad.
Ayer el IMCO se adelantó también para asegurar que si algo quedará en evidencia hoy, durante el mensaje de AMLO, es que carece de cualquier cosa parecida a un plan para enfrentar y superar la crisis económica que, dicho por su secretario de Hacienda, será la más grave que la ya referida de 1932.
Lejos ya de su discurso están los ofrecimientos de la campaña de un crecimiento del orden del 4 por ciento anual del PIB, e incluso sus prometidos índices de bienestar, pues los mexicanos estamos, todos incluso los que siguen embelesados con las promesas huecas de combatir la corrupción, lejos de nada que parezca bienestar, amén de en peligro de enfermar y morir por el Covid-19, más inseguros que nunca antes y además perdiendo cualquier cosa que parezca certeza jurídica, con el preocupante espectáculo de esas mesas donde ya se alienta el clamor para linchar a los ex-presidentes, una acción que dinamita los fundamentos de nuestro sistema judicial.
En otro escenario bien distinto el recuento de estos dos años debería ser el de todo lo que ha sido demolido, la labor de zapa contra todos los entes creados para hacer valer la división de poderes y el equilibrio de estos, en el entendido de que la pretendida y mal llamada 4T quiere fundar sus bases sobre el escombro del entramado institucional que se fue construyendo penosamente en la transición.
Para quienes tengan el elemental criterio de revisar sus bolsillos, en la víspera del segundo informe se da a conocer un estudio de Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, el IDIC, en donde se estima que al cierre de este año terrible habrán perdido su empleo el 6 por ciento de los mexicanos y cerrarán una de cada diez de las unidades económicas del país, una estimación que obviamente no será mencionada hoy, donde nos van a repetir, sin sustento ni un plan, que ‘vamos a salir rápido’.