«México es un ejemplo mundial de cómo hacer realidad el progreso con justicia.»
Andrés Manuel López Obrador
La izquierda cuestionó siempre a los presidentes del PRI y del PAN por su excesivo triunfalismo en sus informes de gobierno. Andrés Manuel López Obrador tenía más justificación ayer que cualquiera para ofrecer un discurso más realista, en un momento en que el país y el mundo sufren la peor pandemia desde 1918-1919 y la peor crisis económica desde 1932. Pero no, el Presidente ofreció un discurso más triunfalista que el peor que pudiera haber imaginado el inventor de Foxilandia.
«Ya se acabó la robadera de los de arriba», dijo el mandatario. «Ya no hay lujos en el Gobierno». Los enormes ahorros que se han logrado permiten dar apoyos directos a siete de diez familias en el país. «Las remesas han crecido en 10 por ciento. Se están recuperando los empleos perdidos. Ya estamos empezando a crecer».
No sólo se crearon 93 mil nuevos puestos de trabajo en agosto, sino que el peso se fortaleció para cotizarse a menos de 22 pesos por dólar, después de haber llegado antes a 25. La mezcla mexicana de crudo de exportación pasó de 0 a 42 dólares por barril. Incluso el consumo de productos básicos, siempre un indicador de la situación de los más pobres, tuvo un incremento de 9.5 por ciento en un año. También la inversión extranjera directa subió. La caída de la economía, «a pesar del desastre mundial», fue de «sólo» 10.1 por ciento en el primer semestre. «México es un ejemplo mundial de cómo hacer realidad el progreso con justicia».
«Hemos decidido cuidar el medio ambiente como nunca lo hicieron los gobiernos anteriores, ni lo demandaron los seudoecologistas que tanto nos atacan». Hemos plantado 1,100 millones de árboles frutales y maderables, hemos prohibido el maíz transgénico y el fracking, «no hemos entregado ninguna concesión para la explotación minera».
Todo va «viento en popa» en la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles y «ya se iniciaron los trabajos para el Tren Maya». Se están llevando a cabo los proyectos del istmo de Tehuantepec. Estas obras permitirán crear «150 mil empleos este año».
Además, «estamos avanzando en el combate contra la delincuencia». Se está desplegando la Guardia Nacional, «un cuerpo de paz» que «cuenta ya con 97 mil elementos bien equipados y formados». Se les construirán 248 cuarteles para 2021. Hoy hay menos secuestros, menos feminicidios, menos robos en transporte y a transportistas, menos robos a negocios y casas habitación, «una baja de 30 por ciento». Sólo han aumentado «el homicidio doloso y la extorsión», pero «ya no manda la delincuencia como era antes», «ya no hay torturas, desapariciones o masacres como antes», «ya no hay en el Gobierno Federal funcionarios como García Luna».
«Éste es el cambio, ésta es la transformación». De los 100 compromisos del Zócalo de la Ciudad de México del 1° de diciembre de 2018, «hemos cumplido 95, sólo faltan cinco». Si hay críticas es porque «los conservadores están enojados», porque no se les permite regresar a la corrupción, pero «hoy se respetan las libertades y el derecho a disentir».
El México que describe el presidente López Obrador sorprenderá a muchos, pero el triunfalismo no es necesariamente una mentira. Es consecuencia de la ideología y del aislamiento de la realidad. Estamos viviendo, nos dice López Obrador, una «nueva política sustentada en la austeridad, la moralidad». Si lo hubiera dicho cualquier Presidente del pasado, la izquierda se le habría lanzado a la yugular. Hoy simplemente aplaude y vitorea al salvador que está «haciendo historia» en nuestro país.
Sin costos
No conceder una sola concesión impide la inversión minera, prohibir el fracking y el maíz transgénico tiene también costos muy elevados para los mexicanos; pero en el mundo de las ideologías, estos costos no son relevantes.
Twitter: @SergioSarmiento