Venecia (Italia), 9 sep (EFE).- El Festival de Venecia ha entrado en su recta final y hoy, miércoles, sumó dos nuevas películas a la carrera por su León de Oro, «Wife of a Spy», un drama de espías japoneses, y la adaptación de la exitosa pieza teatral de «Las hermanas Macaluso».
La primera, de Korosawa Kiyoshi, está ambientada en la ciudad nipona de Kobe durante la noche anterior al estallido de la Segunda Guerra Mundial, con las tensiones entre naciones por las nubes y los recelos entre las personas a la orden del día.
El mercante Yusaku Fukuhara (Issey Takahashi) siente que las cosas cambiarán de un momento a otro, por lo que decide emprender un misterioso viaje a la Manchuria en busca de nuevos negocios.
En esa disputada región continental se enterará de un secreto que podría agitar al Imperio nipón y a su regreso, dispuesto a hacerlo público, afrontará los celos de su esposa, interpretada por la estrellas televisiva, Yu Aoi, y el hostigamiento de un militar.
«Me parecía interesante ver cuál era la situación del individuo dentro de la sociedad implicada en una guerra», explicó el director por videoconferencia, ya que no ha podido asistir al certamen a causa de las limitaciones impuestas por la pandemia de coronavirus.
LAS HERMANAS MACALUSO, DEL TEATRO AL CINE
La segunda película de este miércoles fue «Le sorelle Macaluso», la adaptación cinematográfica de una de las obras teatrales más exitosas en Italia y que ha recorrido los escenarios de medio mundo.
Antonella, Maria, Lia, Katia y Pinuccia son cinco hermanas que viven felices sin padres en una casa frente al mar siciliano, hasta que un evento trágico cambia sus vidas y separa sus derroteros.
La cinta de la directora Emma Dante recorre la infancia, madurez y senectud de esta familia particular, bañándola de luz pero también de tinieblas, emocionando con los avatares que deben vivir.
Y es que en el fondo está la propia vida, un personaje invisible que todo lo corroe: «El tiempo es el protagonista, el gran cirujano que deforma el cuerpo. Es una obra sobre los cortocircuitos y traumas de las etapas vitales», dijo la realizadora.
A diferencia de la obra teatral, donde las interacciones de las hermanas transcurren sobre un escenario vacío, en la película la directora ha decidido darles una casa, habitada por los fantasmas y los recuerdos.
Y por encima de la vivienda, como metáfora, hay un palomar. Pues para las niñas esas viejas cuatro paredes son un nido seguro al que siempre volver desde dondequiera que sea.
VENECIA ENTRA EN LA RECTA FINAL
Con esta octava jornada de certamen la Mostra más inédita, la del virus, entra en la recta final para conocer cuál de las dieciocho películas a concurso se lleva el León de Oro el próximo sábado.
Son cuatro los títulos que aún quedan por estrenar y mañana será el turno del único latinoamericano que compite en la Selección Oficial, el mexicano Michel Franco, con su distopía «Nuevo Orden».
También falta por proyectarse uno de los grandes atractivos de esta 77ª edición del festival, «Nomadland», la historia de una mujer arruinada por la crisis económica protagonizada por Frances McDormand y que servirá de cinta de cierre de clausura.
Las otras dos películas son «And tomorrow the entire world», una historia antifascista de la alemana Julia von Heinz, y «In between dying» del azerbaiyano Hilal Baydarov.
EL VIEJO WISEMAN VUELVE A VENECIA
Por otro lado este miércoles Frederick Wiseman, uno de los grandes documentalistas contemporáneos, presentó en Venecia fuera de competición su último trabajo, «City Hall», aunque lo hizo por videoconferencia.
En la cinta, de casi cinco horas de duración, el director (Boston, 1930), hijo de inmigrantes judíos llegados a Estados Unidos desde Europa del Este, vuelve a su ciudad natal para comprender qué se esconde tras la gestión de sus servicios públicos.
De este modo es testigo de las reuniones del alcalde, Marty Walsh, de la policía y de los bomberos, de los funcionarios que atienden por teléfono a las quejas de sus vecinos, de los que anotan los nacimientos y las muertes o de las bodas, también homosexuales.
Sobre la mesa de las autoridades están los temas que incumben hoy en día a la sociedad estadounidense en su conjunto, como la justicia racial, la crisis climática, la pobreza, la inmigración o el consumo de alcohol y la tenencia de armas.
El realizador confesó que empezó a admirar el ayuntamiento del demócrata Walsh en Boston al compararlo con la comportamiento del responsable del Gobierno federal, el republicano Donald Trump.
«Creo que hay más de dos Américas y el alcalde Walsh y Trump representan dos extremos. Cada vez que Trump abre la boca es para decir algo ideológico, racista, en un intento de crear caos. Walsh se esfuerza en unir a las personas y encontrar formas de resolver problemas comunes. Son lo contrario», apuntó este sagaz observador.
Por Gonzalo Sánchez