Venecia (Italia), 10 sep (EFE).- El cineasta mexicano Michel Franco presentó hoy en la Mostra de Venecia su última película, «Nuevo Orden», una distopía sobre una sangrienta revolución social a modo de «advertencia» actual con la que compite por el León de Oro.
«Para mi es un modo de pedir que no se llegue a ese punto», dijo el realizador en rueda de prensa, en la que fue recibido con aplausos.
Franco empezó a escribir «o al menos a pensar» en esta película hace cinco años y terminó el guión hace tres, pero no imaginaba que el duro mundo de «Nuevo Orden» se pareciera tanto al actual.
La película es una drama distópico que cuenta la historia de una rica familia mexicana que celebra una boda en su mansión, mientras en las calles resuenan los ecos de fortísimas protestas sociales, fruto de la desigualdad y de las ansias de venganza.
El país vive una auténtica subversión, con sus calles manchadas de pintura verde, el símbolo del levantamiento, y en sus mazmorras los pobres y desheredados encarcelan a los ricos, arrebatándoles todos sus bienes.
El director cuenta esta impactante trama a través de los ojos de una de las hijas de la familia pudiente, a punto de casarse, interpretada por Naian González Norvind, y de sus domésticos.
Se trata de una cinta perturbadora con aires de crítica social y actual sobre la caída de un sistema político y el nacimiento de uno nuevo con la bandera de la revolución, puede que más injusto.
El cineasta aseguró que el de su película «no es un planteamiento realista» y previó que las sociedades «no van a llegar a eso», pero advirtió de los peligros que conllevan las desigualdades.
En este sentido mencionó movimientos como los chalecos amarillos en Francia, el «Black Lives Matter» en Estados Unidos o las fuertes protestas en Chile, Colombia o Hong Kong.
«Cada país por motivos distintos afronta situaciones de este tipo y la gente está descontenta por todos los lados. Temo que los Gobiernos no tomen la posibilidad de controlarlo», apuntó.
La actriz Mónica del Carmen, que da vida a la asistente Marta, explicó que la cinta ayuda a «cuestionarnos incluso nuestra perspectiva de la desigualdad».
«Vengo de una comunidad de indígenas en el estado de Oaxaca y he vivido cerca de personas para las que es difícil acceder a la salud, a la justicia, al bienestar, algo a lo que todos tendríamos que tener derecho», aseguró durante la presentación.
Franco, único latinoamericano en competir por el León de Oro, es consciente de pertenecer a «la clase privilegiada», pero expresó su deseo de que nadie en México se sienta «directamente atacado» porque su último trabajo «no es pro izquierda ni pro derecha».
«Es un futuro cercano que no ha sucedido ni va a suceder, no hay que tomarse mi imaginación con mucha libertad», recomendó.
Pero al mismo tiempo aseguró que si la cinta ha creado conmoción entre la prensa y crítica veneciana es porque está «poniendo el dedo en la llaga en temas que están ahí».
«Hay 60 millones de pobres que generación tras generación han visto que no hay manera de salir adelante ni mejorar, el sistema está hecho para que nada cambie», refirió.
Una situación que además se ha visto agravada por la pandemia de coronavirus, según agregó el actor Diego Boneta, Daniel en la ficción, uno de los hijos de la familia rica.