México, 10 sep (EFE).- Un buque abandonado en la bahía mexicana de Ensenada ha comenzado a hacer agua y podría hundirse con una importante carga de combustible y minerales y provocar un desastre medioambiental de grandes proporciones.
El carguero Triumph llegó en agosto de 2017 a esta bahía del noroccidental estado de Baja California, donde ha permanecido 36 meses con unos 273.000 litros de combustible y 47.000 toneladas de bauxita que las autoridades han dicho que serán descargadas.
El representante del Gobierno mexicano en Baja California, Alejandro Ruiz Uribe, dijo a inicios de semana luego de reunirse con el director general de la Administración Portuaria Integral (API) de Ensenada, Fernando Gutiérrez, que los materiales serán bajados en estos días.
Para concretar esta acción, la API trabajará en coordinación con la Secretaría de Marina, especialistas químicos y otras dependencias del Gobierno mexicano.
Hace una semana, el presidente municipal de Ensenada, Armando Ayala Robles, aseguró que estaba reforzando las gestiones para que el barco saliera de la bahía ya que su presencia constituía «un alto riesgo que no debemos correr».
Las maniobras que las autoridades planean sobre el buque son, primeramente, aligerar su carga para moverlo del lugar donde se encuentra y posteriormente cruzar el canal de navegación de la bahía para ingresarlo al puerto y terminar la descarga de combustible y minerales.
La embarcación, de 190 metros de eslora (largo) y 30 de manga (ancho), atracó en el muelle uno de la API de Ensenada el 14 de agosto de 2017 luego de solicitar un arribo forzoso para llevar a cabo reparaciones en una de sus máquinas.
Debido a esos desperfectos, el barco había quedado a la deriva en aguas del Pacífico, entre Ensenada y Hawai hasta que fue remolcado a Ensenada donde prácticamente se convirtió en otro «atractivo» de la bahía.
La estancia del buque resultó un problema prácticamente desde su llegada a la bahía mexicana ya que tras los arreglos a la maquinaria y a un punto de zarpar, en febrero de 2018, cayó sobre él un embargo precautorio que fue notificado a las autoridades mexicanas.
Un mes más tarde, la tripulación avisó que no sus sueldos de los últimos meses no habían sido cubiertos y en mayo el Gobierno mexicano ordenó repatriar a sus países a los 18 tripulantes y desde entonces el buque quedó abandonado sin personal a bordo y a cargo de las autoridades del país.