No tardó la Secretaría de Salud, avalada por la SEP, en responder a los mandatarios que, como el nuestro y el del vecino Jalisco, anunciaron que analizan ya la manera de regresar a los estudiantes de educación básica a las aulas, reiterando que Educación no avalará la vuelta a las aulas hasta que el territorio que pretenda hacerlo esté en ‘color verde’ en el semáforo epidemiológico, que para nuestro territorio permanece en color naranja.
Y aunque aquí no se precisaron fechas, y se habló de primar la vuelta a los planteles primero en los colegios privados, en Jalisco sí que se detalló un plan de tres etapas para reanudar las lecciones presenciales, la primera de las cuales es la actual, con clases virtuales y sólo algunas actividades presenciales controladas, para pasar a una segunda, con la asistencia de la mitad de los alumnos en semanas alternas, con un máximo de 30 estudiantes en los salones, horarios reducidos y supuestamente medidas extremas de protección.
Algo así es lo que deben estar analizando en el IEA, desde donde hace semanas han insistido en magnificar las quejas de los padres de familia, argumentando, y con razón, hay que decirlo, que las clases a distancia no es que propicien mejoras en el aprendizaje de los menores, aunque resulta extraño que ahora sí quieran escuchar las quejas de los mentores de los pequeños escolares.
Ya hace seis meses que sabemos de las muchas dificultades y riesgos del modelo de educación a distancia, como el citado aprendizaje no garantizado, los problemas que implica para padres hacer las veces de mentores, la muy grave brecha digital que afecta a las clases más desfavorecidas y el también citado riesgo de que aumente la deserción de los escolares, aunque llama la atención que se trate de atender la demanda de la reanudación de las clases en los salones de los que manejan colegios privados.
Y es que se sabe que muchas de estas instituciones se están quedando sin alumnos, aunque hay que distinguir a las instituciones de élite, a donde acuden los más pudientes, pues pese al estado de las cosas éstos no han resentido la caídas significativa de su matrícula, pues hablamos de instituciones con mejor desarrollo de herramientas digitales para dar las lecciones, a escolares que en casa tienen Internet de banda ancha, computadoras, tabletas y teléfonos de alta gama.
Son aquellos colegios para familias que no estando en una situación desahogada, amén de las complicaciones que muchas de estas pasan ahora que la economía sigue deprimida, buscan hacer un esfuerzo para que sus hijos acudan a colegios con costos más moderados, y que en las actuales circunstancias resultan una carga económica y la certeza de que sus sistemas para impartir clases virtuales no difieren mucho de la oferta de lecciones remotas que tiene la escuela pública.
Ya veremos estos días siguientes cuál es la postura de los gobiernos de Jalisco y el nuestro ante la advertencia de López-Gatell, que el fin de semana dijo que la SEP y ellos mismos no autorizarían el regreso a clases presencial en territorios pintados de rojo, naranja y amarillo, pues de persistir en el empeño ambos mandatarios abrirán otro frente en su ya caldeado diferendo con el Gobierno Federal, que para nuestro caso se ha traducido en un severo castigo presupuestal.