México, 23 sep (EFE).- A un mes de que venza el plazo para cumplir con el Tratado de Aguas de México con Estados Unidos, la batalla no cede en la frontera mexicana, donde agricultores, gobernadores y el Gobierno federal mexicano chocan por el manejo político del líquido en Chihuahua.
Aunque la Comisión Nacional del Agua (Conagua) anunció un acuerdo con el Gobierno de Chihuahua para entregar el faltante de 366 millones de metros cúbicos a Estados Unidos, miles de campesinos bloquearon este miércoles los ferrocarriles y la presa La Boquilla, la más importante del estado.
«Se dice que ya llegaron a un acuerdo, pero no tenemos aún nada por escrito y no tenemos ninguna garantía, y por lo pronto no podemos bajar las manos», comentó a Efe el líder agricultor Víctor Velderrain, quien representa a cerca de 10.000 familias.
El Tratado de Aguas de 1944 establece que México debe entregar cada quinquenio cerca de 2.160 millones de metros cúbicos a Estados Unidos por los ríos que comparten en la frontera, aunque los mexicanos reciben casi cuatro veces más: 9.250 millones de metros cúbicos.
Pero por las sequías, la mayor demanda y el creciente uso industrial, Velderrain argumentó que se quedarían sin agua para el ciclo agrícola de 2021, si México drena la presa La Boquilla del Río Conchos, el principal afluente por aportar 49 % del compromiso binacional.
El conflicto ha escalado porque la confrontación entre campesinos y la Guardia Nacional de México resultaron en la muerte de Jessica Silva, cuyo viudo exige justicia al presidente, Andrés Manuel López Obrador.
«Hay que seguir adelante con la lucha, eso es lo que quiero decir a la ciudadanía de Chihuahua, no hay que dar marcha atrás», advirtió Jaime Torres, quien sobrevivió al choque con las fuerzas de seguridad, las cuales sostienen que fue un accidente.
VIEJO ACUERDO, NUEVA LUCHA
López Obrador ha tachado las protestas de ser «mítines» del opositor y conservador Partido Acción Nacional (PAN), que gobierna Chihuahua, para cosechar votos rumbo a la elección intermedia de 2021.
«Ya es muy claro que ese movimiento supuestamente en defensa del agua es una bandera partidista con miras a las elecciones de Chihuahua, porque se va a renovar el gobierno de Chihuahua, va a haber elecciones», aseveró este lunes.
A pesar de que el Tratado de Aguas tiene casi 80 años de vigencia nunca había desatado una lucha partidista así, explicó a Efe el investigador Vicente Sánchez, del Colegio de la Frontera Norte (Colef).
«Ahora se cruzan situaciones que antes no eran muy comunes, como esta crispación que hay muy fuerte entre el Gobierno de Chihuahua y el Gobierno federal, donde han escalado y partidizado el discurso político y se han olvidado de la parte técnica», dijo este experto en recursos transfronterizos.
Al conflicto nacional, detalló, ahora se suma la carta que el gobernador de Texas, Greg Abbot, ha enviado al Departamento de Estado, en Washington, para que presione a México, que inició el quinquenio con un déficit de 325 millones de metros cúbicos, para que cumpla con el tratado.
México «tiene que ser muy cuidadoso», recalcó Sánchez, porque el conflicto podría escalar ante las elecciones legislativas nacionales y las campañas presidenciales de Estados Unidos.
«El tiempo está en contra porque liberar cerca de 380 millones de metros cúbicos en un tiempo récord de un mes aproximadamente es bastante complicado», advirtió el académico.
CALMAR LAS AGUAS
Pese a la cautela de López Obrador, es improbable que Estados Unidos responda con sanciones como aranceles, opinó Gonzalo Hatch Kuri, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
«Tendríamos que ponernos más serenos y tranquilos, no va a haber ninguna consecuencia de un tamaño que impacte la estructura de la relación bilateral porque la relación de México y Estados Unidos está dominada por otros temas», argumentó en entrevista.
Este geógrafo especialista en aguas transfronterizas aclaró que el impacto del tratado se reduce a la frontera norte, por lo que descarta que los países renegocien el acuerdo.
Aun así, consideró necesario mejorar la gobernanza del agua en México, donde agricultores de otros estados fronterizos, como Tamaulipas, comienzan a protestar ante la perspectiva de que el Gobierno ceda a las demandas de Chihuahua.
«Eso tiene que ver con la falta de transparencia, respecto al resto del agua que no se le paga a Estados Unidos», recalcó el profesor.
«Solamente sabiendo quiénes tienen las concesiones sabremos quiénes son los otros actores que están involucrados, esa es una de las cosas que detonó el conflicto», concluyó.