Los Ángeles, 25 sep (EFE News).- Prevenir la explotación sexual, recordar que en cualquier lugar se corre peligro, ese es el objetivo de la documentalista española Chelo Alvarez-Stehle y la activista mexicana Virginia Isaías al entrelazar sus historias personales en la cinta «Sands of Silence: Waves of Courage», que alerta a todas las mujeres de que pueden ser una víctima.
«Este trabajo intenta conectar las diferentes caras de la violencia sexual en una misma línea, donde se observa que este problema no es de un país o del estatus social, o el nivel de educación, todas y todos somos vulnerables», dijo a Efe Alvarez-Stehle, en entrevista telefónica desde Barcelona (España).
La documentalista cuenta que el tema de la explotación sexual y la vulneración de la dignidad del cuerpo se convirtió en un motor de investigación a través de décadas de investigación.
Pero fue el duro caso de la activista Virginia Isaías, quién fue violada, secuestrada y prostituida en México, la que la llevó a unir esfuerzos para contar una historia en donde Alvarez-Stehle cuenta su propia historia, y la de su familia.
«No es fácil llegar a tu casa encender una cámara y comenzar a hablar sobre un tema del que nadie habla», explica la cineasta, que vivió en Los Ángeles por décadas, lugar donde conoció a Isaías.
EL SILENCIO, UN MURO DIFÍCIL DE DESTRUIR
Tras más de ocho años de trabajo, la narración se sumerge en las aguas del silencio de la familia de Alvarez-Stehle, que reside en España; y en las de la de Isaías, que vive en California.
«El silencio sobre estos temas es aprendido, nos enseñan a quedarnos calladas, y por eso los abusadores nos identifican tan fácilmente», advierte Isaías, quién en la cinta logra hablar con su mamá por primera vez sobre el primer incidente de abuso sexual que sufrió siendo niña, y que marcó los atropellos que viviría después.
Un proceso muy similar al que la directora española, oriunda de Logroño, logró hacer con su familia para revelar un episodio de abuso que sufrió su hermana cuando ambas eran niñas, y que detonó en su familia una catarsis para revelar otros incidentes.
«Si se ponen todas las caras de la violencia sexual en un mismo espectro vemos que están relacionadas en el común denominador que es el silencio», insiste Alvarez-Stehle.
ROMPER LOS ESTIGMAS
Poder romper con los estigmas sobre el silencio, y hablar del peligro diario que existe de ser víctimas de abuso y explotación sexual es el objetivo del documental «Sands of Silence: Waves of Courage» («Arenas de Silencio, Olas de Valor» por su título en español), que por si mismo ha tenido que afrontar una lucha para no quedarse atrás.
Y es que aunque la cinta quedó lista en 2016, cuatro años después podrá finalmente ser proyectada de forma masiva por WORLD Channel este domingo, 27 de septiembre, y por los canales de PBS.
La directora española señala que al igual que el movimiento Me Too el tema del abuso y el tráfico sexual ha ido perdiendo visibilidad en Estados Unidos, y que en estas elecciones debería ser trascendente.
«Trump se ha venido riendo de la mujer desde que asumió el cargo, ha sembrado una misoginia, un odio hacia la mujer que es incomprensible», asegura la directora, que se declara como una inmigrante que se ha debido «exiliar» a causa de la actual Administración en la Casa Blanca.
En ese sentido Isaías llama la atención sobre el peligro que corren las migrantes y sus hijos atascadas en la frontera, tratando de encontrar un refugio en Estados Unidos.
«Mi hija y yo salvamos nuestra vida sólo porque vinimos a este país. Y aunque en Estados Unidos también hay depredadores, y tráfico sexual, existe una mayor confianza en la justicia que en nuestros países», aclara la activista que tuvo que enfrentar en una corte a un hombre que abusó de su hija, un episodio que se relata en el documental, y que muestra la vulnerabilidad de las víctimas.
«Mi hija volvió a ser una víctima, mientras yo luchaba contra el abuso sexual», destaca la mexicana.
LA PANDEMIA QUE YA EXISTÍA
En ese sentido, Alvarez-Stehle recalca que es necesario dar visibilidad al tema justo en estos momentos en que la pandemia del coronavirus se suma a los factores de riesgo para que se den los delitos de tráfico sexual y abuso.
El confinamiento, la falta de empleo y los problemas económicos causados por la COVID-19 se convierten en el escenario perfecto para la acción de los depredadores sexuales, advierte la cineasta e investigadora, quién aclara que la «pandemia de abuso sexual», ya existía y ha dejado más víctimas que el mismo virus.
Para Isaías, directora de la organización Human Trafficking Survivors Foundation (FSTH) en la californiana Santa Ana, la comunidad latina y los inmigrantes siguen estando en un riesgo mayor, al igual que con la pandemia.
«Muchas mujeres, niñas y niños se encuentran indefensos en este momento, así que es necesario estar alerta, porque el dolor que causa un abuso es muy difícil de superar, antes de vivirlo es mejor prevenirlo», concluyó.
El documental también estará disponible para el público durante todo el mes de octubre en la página de internet de World Channel.