La misma semana en que se anuncia la reanudación de los vuelos de la ruta que cubre la aerolínea estadounidense United, lo que restablece la totalidad de las rutas que se cubren a y desde el aeropuerto Jesús Terán, los hoteleros locales hablan del poco alentador panorama que enfrenta el sector, pues reabiertas prácticamente todas las actividades, los viajeros que llegan a alojarse aquí siguen siendo escasos, lo que se ha traducido no sólo en pérdidas para los propietarios de esos negocios sino el recorte de sus plantillas laborales en algunos casos, señalan ellos, hasta de la mitad de los que laboraban allí antes de que en marzo se decretara la contingencia sanitaria.
El problema es particularmente dramático para un sector que realizó en años recientes, varias y cuantiosas inversiones, de tal manera que la disponibilidad de habitaciones se incrementó de manera significativa, pues si bien no somos una Entidad que tenga un atractivo especial para los turistas, nacionales y extranjeros, salvo por los festejos de abril y mayo, los viajes de negocios y las actividades como congresos y convenciones alentaron a los dueños de cadenas hoteleras a poner en marcha hospederías por decenas.
Si no el que más, el sector turístico es de los más golpeados por la crisis económica global que provocó la pandemia, pues aerolíneas, cadenas hoteleras, el sector de la restauración y todos los agentes que tienen que ver con el traslado, alojamiento y atención de visitantes se han visto seriamente afectados.
Datos recientes hablan que la llamada industria sin chimeneas, cuyo concurso aportaba casi el 9 por ciento del PIB, resintió en junio pasado la caída de visitantes del 66 por ciento, aunque aquí el drama comenzó cuando en marzo se tuvo que anunciar la cancelación de la Feria de San Marcos, la mejor época del año para el turismo de Aguascalientes, y así dar paso al cierre de hoteles, una reapertura que no ayudó mucho pues el verano no es que trajera visitantes de manera significativa y la expectativa de un fin de año que tampoco les promete mucho.
Poco a poco, es cierto, los viajes de negocios, relacionados sobre todo con visitantes que van y vienen por asuntos relacionados con la industria manufacturera y automotriz, se van regularizando, pero la imposibilidad de realizar ahora convenciones y congresos limita la ocupación en los hoteles, donde en los mejores días tienen 40 o 50 por ciento de sus cuartos con huéspedes, lo que no cambiaría mucho si de cualquier manera comienzan a realizarse estos eventos, pues los posibles participantes no es que estén muy animados a participar en estos, porque no todo el mundo piensa que está fuera de riesgo de contagiarse.
Se habla de algunos de esos eventos que podrían realizarse, buscando estimular al sector y otras actividades, e incluso esta semana sabremos qué deciden en Palacio sobre la realización, en cosa de 8 semanas, del Festival de las Calaveras que, representando el riesgo que figura, se tendría que realizar con el grueso de asistentes locales, pues resulta por ahora poco factible que una convocatoria de esas atraiga multitudes de otros rumbos y que sirva mucho a los hoteleros, los de las cadenas y los de inversores locales, instalados sobre todo en esta capital.