México.- México añadió de golpe más de 28.000 contagios y casi 2.800 muertes de COVID-19 acumuladas en los últimos meses al replantear la metodología para medir la pandemia en este país que avizora ya el millón de contagios y los 100.000 decesos, aunque aún falta mucha información y el subregistro de casos persiste.
«El cambio de metodología básicamente lo que hace es aumentar el número de criterios para que un paciente se vuelva sospechoso (de tener coronavirus), lo cual es positivo», explicó este martes a Efe el doctor Xavier Tello, analista y asesor en políticas de salud.
El especialista dijo que esta nueva forma de medición es buena, pues ayudará además a que «sepamos quién sí murió de COVID-19 y que haya más candidatos a la prueba PCR pero, aún así, nos falta muchísima información», señaló.
Actualmente, México es el cuarto país del mundo con más muertes a causa del coronavirus al sumar 81.877 solo por debajo de Estados Unidos, Brasil e India, y el noveno en número de contagios, con 789.780.
El lunes, la Secretaría de Salud de México anunció una nueva definición operacional que amplía las consideraciones de casos confirmados.
Con esta nueva metodología se contabilizaron 28.115 nuevos contagios y 2.789 muertes más que el día anterior, de acuerdo a la definición de casos confirmados por laboratorio que se utilizó desde el principio de la pandemia.
El director general de Epidemiología de México, José Luis Alomía, dijo que la nueva metodología considera casos por dictaminación y por asociación epidemiológica, que son enfermos sin muestra de laboratorio con contacto en los 14 días previos al inicio de síntomas con un caso o defunción.
«El hecho de que a partir de ese cambio de metodología se empiezan a recontabilizar los casos es algo que debió haberse anunciado primero para que no ocurrieran errores en la comunicación y que no hubiera malas interpretaciones», dijo Tello.
Esto podría acercar a una visión más realista del número de casos y muertes que ha dejado la COVID-19, pues desde la detección del primer caso el 27 de febrero las autoridades sanitarias rechazaron realizar pruebas masivas y México sigue siendo uno de los países de la OCDE que menos test aplica por lo que los registros oficiales han sido cuestionados en multitud de ocasiones.
Esto, abundó Tello, ocasionó que los casos y, sobre todo, las muertes previas a este nuevo tipo de medición «quedaron fuera del radar».
«Fueron pacientes que llegaron a zonas de triaje y como les faltaron criterios que hoy sí son incluyentes no se les hizo la prueba de COVID-19. Muchos de ellos murieron en su casa, de muchos otros nunca vamos a saber si fueron contagiados, si se aliviaron o se murieron», puntualizó.
RUMBO A PANORAMA CATASTRÓFICO
Este martes, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, reiteró que México se encuentra en la semana nueve de reducción de nivel de contagios y «posiblemente esta tendencia se confirme para una décima semana en esa condición».
Sin embargo, para Tello el cambio de metodología muestra que «lo que estamos viviendo es una pandemia que no ha tenido un manejo adecuado y no ha tenido el mejor control».
En julio pasado, el Instituto de Métricas y Evaluación de Salud (IHME) de la Universidad de Washington actualizó su proyección de muertes por Covid-19 en México para noviembre de 2020.
Las estimaciones del IHME mostraron tres posibles escenarios, en el mejor de ellos, para el 1 de noviembre México acumularía 82.065 muertes por COVID-19.
Un escenario medio arrojó unos 95.929 decesos y el peor de ellos estima 114.820 muertes como consecuencia del virus.
«Más de 80.000 personas es una de las peores tragedias que hemos tenido en este país y hay que entenderlo, esto se dice fácil pero realmente nunca habíamos tenido un catástrofe de este tamaño», manifestó el doctor Tello.
LA URGENCIA DE UN PLAN
Esta nueva metodología, a decir de Tello, debería ser una herramienta para salvar vidas «porque ahora la gente que antes era mandada a su casa, ahora por lo menos será candidato a tener una prueba de PCR que, de ser confirmatoria a que tuviera una infección podría estar teniendo acceso más rápido a tratamiento médico de calidad».
Sin embargo, lamentó que pese este cambio, México todavía no tenga un objetivo «nunca lo hemos tenido» y cuestionó que el objetivo central de esta estrategia no haya sido salvar vidas.
«¿Cómo es posible que sigan muriendo miles de personas y sigan diciendo que vamos de salida? Lo que no seguimos viendo es cuál es el objetivo final de esta estrategia», sostuvo.
El doctor Alejandro Macías, epidemiólogo y responsable de gestionar la epidemia de influenza en 2009, señaló que esto es una preocupación importante pues uno de los principales retos que vendrán ahora para las autoridades sanitarias será la llegada de la época de influenza.
«La combinación de ambos virus puede ser muy peligrosa, pues pese a la reconversión hospitalaria, existe riesgo de colapso en hospitales», puntualizó.
Finalmente, el doctor Tello urgió la necesidad de plantear un plan para saber qué pasos son los siguientes a seguir «a dónde quieren ir con cobertura y servicios de salud», refirió.