Oootra vez Aguascalientes volvió al semáforo naranja epidemiológico.
La Entidad, junto con Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Durango, Querétaro y Oaxaca retrocedieron en su gestión contra la pandemia. Esto significa que incrementaron su riesgo de moderado a alto. Campeche es el único Estado del país en verde, mientras que 14 Entidades se ubican en amarillo y afortunadamente ninguna en rojo, pero al paso que vamos, no dudamos que podamos retroceder a él.
Ya lo advierten noche a noche las autoridades de la Secretaría de Salud: no existe un tratamiento médico específico o vacuna en ninguna parte del mundo.
La responsabilidad es de la gente que a pesar de los constantes llamados a cuidarse, a respetar las mínimas y básicas reglas de sanidad, no lo hace y por el contrario sigue acudiendo en masa a bailes, a ceremonias, a lugares donde evidentemente no se guarda la sana distancia.
Pero también es problema de las autoridades, que al minimizar la pandemia hace que su población se confíe y baje la guardia.
Un ejemplo claro es el presidente de Estados Unidos, Donald Trump: más tardó en ingresar a un hospital, el fin de semana pasado, preocupando a los mercados, pues saben que de él depende la estabilidad monetaria a nivel mundial, que en salir del nosocomio y en un inaudito show mediático, se quitó el cubrebocas, se declaró curado del temible coronavirus y aseguró que fue una bendición haberse contagiado, tanto así, que hoy regresará a la escena pública, poniendo en riesgo a las personas cercanas a él.
Pero que le pregunten a los deudos del más del millón de muertos a causa de la pandemia a lo largo y ancho del mundo, que en un abrir y cerrar de ojos no tuvieron ni siquiera la oportunidad de despedirse de sus seres queridos, pues las actuales reglas sanitarias hacen obligada la sepultura inmediata, en aras de no regar la infección.
Con declaraciones como la del presidente de Estados Unidos, como las vertidas por su homólogo de Brasil, Jair Bolsonaro, así como las mismas opiniones del mexicano Andrés Manuel López Obrador, que minimizan el problema ocasionado por el virus chino, es que la gente no toma en serio el grave problema de salud.
Al cierre de la edición se manejaba la espeluznante cifra de 36.5 millones de contagios, pero las cifras, aunque vayan al alza espectacularmente día tras día, la verdad es que a muy pocos parece importarles.
Pero sí les preocupa a médicos, enfermeras y demás personal de hospitales que otra vez se empiezan a llenar con infectados, y que los atienden pese a estar cansados tras varios meses de combatir esta guerra que parece no tener fin.