México, 11 oct (EFE).- El Club Deportivo Muxes tiene dos características que lo hacen único, ser el primer equipo del fútbol mexicano profesional representativo de la comunidad LGTIQ+ y su nombre, proveniente del sureño estado de Oaxaca.
El equipo, que tomó su nombre de una comunidad oaxaqueña en la que no se consideran hombres y mujeres sino un tercer género, debutó en la tercera división del balompié del país el pasado 25 de septiembre en la primera fecha del torneo Apertura 2020.
El equipo tiene como sede a Ciudad de México, por considerarla la entidad más progresista del país; la capital fue la primera entidad en el país en aprobar los matrimonios igualitarios.
«Debemos hacer conscientes a los aficionados, otros equipos y a la Federación Mexicana de Fútbol que los jugadores gays existen, juegan bien al fútbol y que se van a desarrollar mejor si abren espacios de trabajo en donde se sientan cómodos», explicó este domingo a Efe el director deportivo de Muxes, Rodrigo Cervantes.
El club tiene cuatro valores que todos los miembros de la institución deben seguir, respeto, paz, igualdad e inclusión, plasmados en su Código de Ética.
Aunque para pertenecer al club no es necesario ser parte de la comunidad LGTIQ+, sí deben seguir los valores y funcionar como un solo equipo que luche por la misma causa, hacer del fútbol un deporte sin etiquetas.
En el plantel de tercera, Cervantes calcula que el 10 por ciento pertenece a la comunidad LGTIQ+ y aunque buscan abrir más espacios para ella, no tienen como meta un mínimo de integrantes, «ellos llegarán».
«Hay jugadores de la comunidad que vienen a probarse, pero por nivel futbolístico no pueden estar en tercera y se van a nuestro equipo fundador de categoría libre. Lo que representamos no lo podemos hacer con un equipo que no juegue bien al fútbol, debemos estar siempre en lo alto de la tabla» explicó el director deportivo.
Para sensibilizar a los futbolistas, el trabajo lo hacen todos los días y está encabezado por Cervantes y el director técnico Jonathan Escobar, a quien eligieron como entrenador no sólo por currículum sino porque es alguien quien tiene acercamiento con la comunidad.
A los futbolistas se les da psicoeducación, capacitación de manejo de redes sociales para representar los valores de la institución dentro y fuera de la cancha, y formas mantenerse enfocados en los partidos en caso de sufrir insultos homofóbicos.
En cinco años, Club Muxes pretende ascender a segunda división y en 10 o 15 estar en primera, pero antes su plan es captar a los 3.8 millones de miembros de la comunidad LGTIQ+ en el país para que encabecen su hinchada y que ello les lleve a captar patrocinadores.
Cuando las autoridades lo permitan, esperan que a su estadio, el Deportivo Plutarco Elías Calles, asistan 5.000 personas para que les quede chico, la meta es uno al que le quepan al menos 20.000 espectadores.
También hay un plan para que en enero de 2021 existan dos equipos femeninos que participen en las ligas de más nivel en Ciudad de México.
«El fútbol es un mismo idioma que todos hablamos y no podemos privar a nadie de practicarlo solo por preferencias individuales, por eso es importante nuestra labor en el profesionalismo», concluyó Cervantes.