Fráncfort (Alemania), 13 oct (EFECOM).- El Consejo de Estabilidad Financiera (FSB en inglés), creado en 2009 para preservar la estabilidad financiera internacional tras la crisis, entrega a los países del G20 la hoja de ruta para mejorar los pagos transfronterizos y para regular las criptomonedas estables.
El objetivo es que los pagos transfronterizos, prioridad durante la presidencia de Arabia Saudí de los países del G20, incluidas las remesas, sean más rápidos, más baratos, más transparentes y más accesibles, al mismo tiempo que mantienen su seguridad.
Esta hoja de ruta ha sido creada a petición de los países del G20 para afrontar los problemas de estos pagos, dijo el gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, que preside el grupo de coordinación de los pagos transfronterizos en el Consejo de Estabilidad Financiera (al presentar el informe.
«Esta hoja de ruta puede significar una diferencia real al afrontar los desafíos de los pagos transfronterizos y el cambio se puede impulsar mediante la colaboración y el compromiso entre los sectores público y privado», dijo Díaz de León.
Los ministros de economía y gobernadores de los bancos centrales del G20 se reúnen el 14 de octubre en la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Washington.
El FSB recomienda haber completado en diciembre de 2021 los estándares internacionales para los pagos y que las autoridades hayan llegado a acuerdos de cooperación según la evolución del mercado.
A nivel nacional es necesario establecer regulaciones y supervisiones antes de julio de 2022.
En julio de 2023, el FSB revisará la implementación de estas medidas y valorará si es necesario adaptar los estándares internacionales.
La mejora de los pagos transfronterizos tiene beneficios para los individuos y economías de todo el mundo, «apoyando el crecimiento económico, el comercio internacional, el desarrollo global y la inclusión financiera», según el FSB.
Los individuos y las empresas pequeñas son los que más problemas afrontan con los pagos transfronterizos minoristas.
Además, en muchos países con economías emergentes o en desarrollo muchos ciudadanos no pueden realizar esos pagos transfronterizos porque no tiene una cuenta bancaria.
Los pagos de bajo valor tienen con frecuencia «tasas elevadas», que son un porcentaje de la cantidad enviada, y suponen procesos engorrosos.
La población y las empresas de estados frágiles están entre los que no tienen ningún acceso a los servicios de pago.
Entre las recomendaciones para mejorar los pagos transfronterizos, el FSB considera que el sector público y el privado deben unir sus visiones.
La participación del sector privado en este proceso será clave para apoyar la implementación de la hoja de ruta al compartir sus visiones y experiencias, y en la medida que apliquen cambios.
También es necesario coordinar las regulaciones y las supervisiones, «mejorar las infraestructuras de pago existentes» y llegar a acuerdos para apoyar las exigencias del mercados de pagos transfronterizos.
El FSB añade que aumentar la calidad de los datos y el procesamiento continuo de estos datos contribuiría a mejorar estos pagos.
En otro estudio, que también va a entregar al G20, recomienda regular y supervisar las criptomonedas estables, de forma proporcionada a los riesgos que suponen para la estabilidad financiera.
Las autoridades reguladoras están de acuerdo en que se debe aplicar el principio «igual negocio, igual riesgo, las mismas normas».
Una criptomoneda estable es un activo digital que aspira a mantener un precio sin gran volatilidad, anclándolo al dólar u otra divisa o a otro activo y mediante el respaldo de bancos y grandes compañías tecnológicas.
En ello se diferencian de otras criptomonedas como bitcoin, ethereum, litecoin o ripple, cuyo valor es muy volátil y especulativo.
Un ejemplo de criptomoneda estable es la libra de Facebook al que al final Visa, Paypal o MasterCard retiraron su apoyo.