El técnico Andrea Pirlo, contratado el último verano por el Juventus Turín para sustituir a Maurizio Sarri tras el fracaso contra el Lyon en los octavos de final de la Liga de Campeones, se prepara para afrontar este miércoles un partido ante el Barcelona de Leo Messi que pasa por ser su «primera gran reválida europea» como entrenador, y en una competición que ya hizo suya en dos ocasiones como jugador el Milan.
El difícil momento que viven ambos equipos aumenta la exigencia de un partido en el que Pirlo y su Juventus deben cambiar la dinámica de una temporada empezada con mal pie, con tres empates en cuatro encuentros disputados en la Serie A y una nueva filosofía de juego que los futbolistas todavía deben asimilar.
El camino técnico tomado por el Juventus ya es claro: la directiva quiere a un equipo que practique un fútbol atractivo y que, además de ganar en Italia, sobre todo lo haga también en Europa, donde el último trofeo se remonta a 1996.
Es un reto encarado hace ya un año, cuando el club apostó por Maurizio Sarri, su antiguo rival, al haber sido preparador del Nápoles, en sustitución de Massimiliano Allegri. Una apuesta que, si bien permitió retener la corona en la Serie A, terminó fracasando a nivel de juego y, sobre todo, en la Liga de Campeones, en la que el Lyon le eliminó en octavos.
Y es que la transición tras cinco ganadores años bajo Allegri está siendo muy compleja. El técnico toscano, criticado por parte e la afición juventina por no practicar un fútbol atractivo, lo ganó todo en Italia: cinco títulos ligueros, cuatro Copas Italia, dos Supercopas. Y también disputó, perdiendo, dos finales de la Liga de Campeones.
Pero el Juventus está convencido de que el club debe cambiar de filosofía futbolística y entregó el primer equipo a Pirlo, en su primera experiencia absoluta en un banquillo.
No le faltan ideas al excentrocampista, doble campeón de Europa con el Milan y campeón del Mundo con la selección italiana, que apuesta por un fútbol definido «fluido», en el que todos los jugadores deben tener un rol activo en todas las posiciones del campo.
En sus primeras semanas al frente del Juventus está realizando una serie de apuestas tácticas ambiciosas, convencido de que, en cuanto sus jugadores las asimilen, pueden llevarle al éxito. Y está dispuesto a pagar con algunos tropiezos este proceso de aprendizaje.
Está alternando un 3-4-3 y un 3-5-2 en el que el español Álvaro Morata es un punto fijo en la delantera y el brasileño Arthur Melo, exbarcelonista, está ganando galones en el centro del campo. Todavía no está claro cuál será la posición del portugués Cristiano Ronaldo, que se perdió los últimos tres partidos tras dar positivo por coronavirus y que está en duda para la cita con el Barcelona.
También puede contar con dos zurdos excelentes como el argentino Paulo Dybala, que jugó 95 minutos de buen nivel contra el Verona, y el joven sueco Dejan Kulusevski, que anotó el gol decisivo para rescatar un punto ante el cuadro veronés.
Sobre todo si Cristiano se perderá la cita con el Barcelona, serán Dybala, Kulusevski y Morata los encargados de liderar un cambio de dinámica en el Juventus de Pirlo, que necesita señales para seguir con su «transformación» del cuadro turinés.