Hace unos días, en un espectacular operativo en el Estado de Puebla, fueron rescatadas decenas de mujeres que eran víctimas de trata y de explotación sexual.
Las casi 80 féminas localizadas y rescatadas provenían de varios puntos del país, entre ellos Aguascalientes, Ciudad de México, Chihuahua, Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Tabasco, Tlaxcala, Pachuca, Puebla, Oaxaca y Veracruz, y sus edades fluctúan entre los 19 y los 37 años.
Esto no dejaría de ser una nota más, pero impactó profundamente en nuestra sociedad porque algunas de las mujeres víctimas de explotación sexual son de nuestro Estado.
Este fenómeno de la trata para fines sexuales, que de unos años para acá ha cobrado auge, es uno de los peores crímenes contra la dignidad del ser humano, pues atenta contra su entorno, su familia, su vida y su sexualidad, provocando una infinidad de graves secuelas.
Las mujeres que llegan a ser víctimas de este delito, además de ser vejadas, son inducidas al mundo de las drogas, pues solamente así resisten y soportan tanto abuso a través de los años y que generalmente termina con la edad o con la muerte de ellas. La mayoría ya nunca regresa a su hogar, pues terminan siendo esclavas de estas infames redes de tratantes de blancas.
La mayoría de estas víctimas fueron engañadas, algunas tal vez secuestradas, pero no sólo las mujeres son susceptibles de este horrible delito, pues también hay niños y hombres que son explotados a lo largo y ancho del país y que viven en las peores condiciones.
Aquí en Aguascalientes no somos ajenos a este problema, como lo mencionamos líneas arriba, pues varias de las mujeres rescatadas son originarias de esta Entidad.
Este dilema se puede dimensionar a través de las redes sociales, pues en páginas de internet aparecen cotidianamente reportes de mujeres extraviadas, algunas niñas, jóvenes y otras en edad adulta, y donde el llamado frecuentemente lo realiza la familia que pide ayuda para su localización, aunque afortunadamente en la mayoría de los casos de las no localizadas son halladas con vida, pues se encontraban ya sea con el novio, con los amigos, o con otro familiar.
No obstante, el problema es que como cada vez son más frecuentes estos reportes, algunos incluso manejados por las autoridades como Alerta Ámber cuando las supuestas víctimas son menores de edad, la sociedad ya no toma con seriedad el asunto, por lo que tristemente algunas de estas mujeres se verán impedidas de regresar.
Por lo pronto, aquí la sociedad de Aguascalientes debe estar contenta, pues algunas de sus mujeres, a quienes se les había perdido la pista, podrán regresar finalmente a sus hogares, de donde nunca debieron salir.