La tercera fue la vencida, y Joseph Biden le arrebató la Presidencia de Estados Unidos a Donald Trump, tras una final cardíaca, de fotografía, en la que la agonía duró cinco días, en lo que terminaba el recuento oficial.
No obstante, tal y como se esperaba, el todavía actual mandatario de entrada no aceptó su derrota y seguramente va a impugnar, pero lo que es una realidad es que el candidato demócrata se impuso sobre el empresario republicano y lo derrotó en las urnas.
Biden, quien fuera vicepresidente con Barack Obama, consiguió recuperar el apoyo de Estados clave que en 2016 votaron por su rival republicano, por lo que a punto de cumplir 78 años, el demócrata será el presidente de Estados Unidos con más edad.
Lo que se espera con esta victoria, según las primeras reacciones al conocerse su triunfo, es que logre unir nuevamente al país, tan dividido por las políticas de Trump, quien a su paso siempre levanta polémica por sus controvertidas decisiones.
Política, economía, racismo, confrontación, son los aspectos en los que los ciudadanos del vecino país están inconformes, hartos, y por ello es que buscaron un cambio radical.
También el mal manejo de la pandemia del Covid, que tiene sumido a Estados Unidos como líder en muertes y contagios, es que el pueblo reprobó a Trump, lo que se comprobó fácilmente en las urnas.
Pero no solamente Biden hizo historia, sino también Kamala Harris, quien es la primera mujer negra, hija de migrantes, que será su vicepresidenta.
Anoche mismo se ganó el corazón de las mujeres afroamericanas, latinas y asiáticas, que dijo, según su sentido mensaje, allanaron el camino para que el presidente Trump no lograra un segundo mandato.
Lo que el pueblo norteamericano demostró en las urnas es que ya no iba a seguir soportando los desplantes de su Presidente, tan cambiante de humor, lioso, siempre dispuesto a todo por conseguir sus objetivos.
Aunque Biden seguramente no la tendrá fácil para reunificar a su país, el primer paso y reto, como todos, es recoger los pedazos de lo que hizo mal quien será su antecesor, pero los estadounidenses están confiados en que lo logrará, ya que éstos pedían un cambio a gritos, y lo lograron.
Pero no sólo los nacidos en Estados Unidos tienen esperanza, también los migrantes esperan que se acabe la cacería de Migración en contra de ellos, y como Biden es un hombre conciliador, dentro de la política migratoria se esperaría que se genere sensibilidad y estabilidad sobre la gente de los países latinos, que cruza la frontera buscando el mal llamado “sueño americano” y que termina, casi siempre, como una pesadilla.
En fin, como siempre se ha dicho, todos los cambios son buenos y México, como vecino inmediato, también debe congratularse de la elección de Biden como presidente de EU, pues con ello se confiaría en que ya no se construyan muros, sino más bien puentes.