Lo que debió hacerse hace mucho tiempo atrás, apenas lo anunció ayer Gobierno del Estado: a partir de quince días quedarán suspendidas las reuniones sociales, como bodas, quince años, primeras comuniones, bautizos y fiestas infantiles en salones de eventos.
La medida puede sonar racional, pero tardará una semana más en hacerse efectiva, lo que podría llevar a que más gente se contagie del maldito coronavirus, ese pequeño organismo que ha puesto de cabeza a la humanidad en esta época, en donde creíamos haber visto todo.
Efectivamente, se suspenderán oficialmente los eventos sociales, pero seguirán, pese a todo, las fiestas en casas, en cotos, en talleres… el lugar es de lo menos, el chiste es reunirse para festejar.
En estos días y gracias a la iniciativa de llamar al número de emergencias 911 para reportar fiestas, es que se ha logrado dispersar cientos de reuniones donde se concentra una gran cantidad de gente, que obviamente al calor de la celebración se olvida de aplicar las medidas sanitarias como lo es guardar la sana distancia, y mucho menos hacer uso del cubrebocas, pero lo cierto es que no hay ninguna autoridad capaz de hacerle entender al ciudadano lo que tiene y debe hacer, pues esa es una responsabilidad personal.
Y a pesar de que se vive prácticamente un toque de queda en todo el Estado, donde las actividades comerciales cierran a las diez de la noche, sobre todo en antros y restaurantes, lo cierto es que la mayoría de la gente no ha dimensionado aún la magnitud de la pandemia, la que ha dejado, desde que llegó a nuestra Entidad, más de mil muertos.
Lamentablemente, ante el repunte de casos y muertos por el Covid-19 que mantiene a Aguascalientes en el semáforo naranja, es que las autoridades decidieron, por fin, tratar de poner orden, aunque esta disposición pegará nuevamente en la economía del Estado. Las pérdidas económicas para la gente que maneja estos ramos, como salones de fiestas, empresas de banquetes, de decoración, de flores, músicos, meseros, valet parking y demás involucrados en un evento social, se verán otra vez afectados, y quién sabe hasta cuándo.
Ante esta situación, la amenaza de nuevamente cerrar todas las actividades comerciales se cierne sobre Aguascalientes, pues además de la prohibición de fiestas, el mandatario estatal amagó con bajar cortinas de negocios, sea el giro que sea, porque con la entrada en vigor del Buen Fin la gente acudió en masa para tratar de adquirir productos a mejor precio, lo cual por un lado es bueno porque se reactiva la economía, pero pésimo por el otro porque las personas que tienen poder adquisitivo no guardan las más elementales medidas de sanidad ante esta pandemia que vino a cambiar el destino y rumbo del mundo.