Aguascalientes enfrenta otra pandemia, además de la del terrible Covid-19, que es la de los suicidios.
Incluso, el Estado ya registró un suicidio por causa de que a un hombre de mediana edad le diagnosticaron coronavirus, por lo que decidió darse un tiro.
Este problema tiene varios años avanzando, y aunque siempre ha existido el fenómeno, es en los últimos años que la cifra de personas que se privan de la vida que se ha ido al alza de manera espectacular.
Hablar de los orígenes de este problema de salud público es abordar varias vertientes: mentales, psicológicos, económicos, adicciones, enfermedades, aunque lo único cierto es que nada, ni nadie, ha podido detener esta práctica que en la mayoría de los casos deja sumida en la angustia y desesperación a la familia del suicida, que, en gran porcentaje, no ve signos de que su pariente decida terminar con su vida.
Hombres, mujeres, senectos, adultos, adolescentes y hasta lamentablemente algunos niños se han arrancado la existencia, por lo que se infiere que este problema no distingue a nadie, y desafortunadamente así seguirá siendo.
Esfuerzos oficiales, de particulares, líneas telefónicas de ayuda, atención psicológica gratuita, todos los recursos a la mano se han ofrecido a las personas que generalmente pasan por un proceso depresivo y no ven otra salida más que la puerta falsa.
¿Métodos? Todos, ni para qué mencionarlos.
¿Clases sociales? Todas. Gente de todos los estratos decide acabar con su sufrimiento de una manera radical y tajante.
¿Soluciones? No al corto plazo, pues ésta es una decisión absolutamente personal. Nadie puede disuadir a alguien de no hacer lo que en su mente ya imaginó.
Y lamentablemente el problema continuará colocando a Aguascalientes como uno de los Estados en donde más autoinmolaciones se registran anualmente y, como ya es sabido por experiencias previas, además se prevé que con la llegada del invierno se incremente la lista negra por el ambiente de nostalgia que se respira en estas épocas.
La media de esta fatal práctica en la Entidad, desoladoramente, es de un suicidio cada dos días, sin embargo, han ocurrido jornadas de verdadero terror donde han sido varias las personas que han logrado acabar con sus vidas.
Y ni qué decir acerca de los intentos, aunque son decenas de éstos los que por fortuna sólo quedan en el susto; infinidad de personas intentan privarse de la vida y por buena suerte son auxiliados oportunamente y son rescatados, no obstante, algunos terminan con serias secuelas por tratar de hacerse daño.
150 es un número que seguramente no le dirá nada, pero si sabe que es la cantidad de personas que en Aguascalientes se han quitado la vida por su propia mano, ahí la visión cambia.