Como balde de agua fría cayó a los comerciantes el anuncio del cierre de centros comerciales, pues no podrán continuar con El Buen Fin de manera presencial, lo que podrá significar la quiebra de los negocios que ya de por sí están en la cuerda floja.
La CANACO reclamó a las autoridades las medidas que no van al fondo del problema, así como la falta de acciones en su nuevo decreto contra el comercio informal que constituye también uno de los principales focos rojos de infección y propagación del coronavirus.
“Qué lamentable noticia porque El Buen Fin era la oportunidad para el comercio de recuperarse”, señaló el presidente de la CANACO, Humberto Martínez Guerra, al considerar que el problema se está viendo de manera parcial sin visualizar al comercio informal que son los tianguis y el ambulantaje.
Sin embargo los comerciantes formales no quitarán el dedo del renglón y seguirán insistiendo en su exigencia de que se ejerzan también acciones en los tianguis callejeros que concentran a infinidad de personas.
Martínez Guerra dijo que el comercio establecido se está esforzando por cumplir con los protocolos y no en todos los centros comerciales se presentó el foco rojo de contagio del Covid.
De cualquier manera debería vigilarse más al comercio informal, sobre todo tomando en cuenta que el 50 por ciento de la economía está en manos de informales y las medidas que se aplican para prevenir los contagios, únicamente van dirigidas al formal, agregó Martínez Guerra.
“Entendemos que es necesario por la saturación de hospitales, falta de personal médico y se tienen que tomar medidas inevitablemente dolorosas, pero necesitamos que la autoridad tenga mayor presión a los sectores de la economía que están afectando a todos”, resaltó.
Reconoció también que se debe evitar la irresponsabilidad de grupos sociales que hacen sus fiestas, y a la par se debe tomar en cuenta que viene un efecto económico y social muy delicado porque hay muchos negocios en la cuerda floja, y dos semanas serán más que suficiente para matarlos.