Nada más anunciarse que entre las medidas para frenar el avance de la pandemia del Covid-19 se decretaría nuevamente otra Ley Seca, no faltaron las enormes filas para abastecerse de bebidas espirituosas en tiendas, autoservicios y expendios de vinos y licores.
Esta medida draconiana, impuesta a destiempo por Gobierno del Estado, a los primeros que obviamente afecta es a los comerciantes, a empresarios de esos giros, a los lugares en los que tienen permiso de vender ese tipo de bebidas, y especialmente a los segundos, los adictos al alcohol.
La premisa de esta Ley Seca es que al prohibirse el consumo de alcohol se supone que bajará la oportunidad de que la gente se reúna y que con los efectos de las bebidas embriagantes se olviden de las medidas básicas de sanidad, como la sana distancia y el uso del cubrebocas, exactamente como ocurrió en la llamada Ruta del Vino, que vino a ser detonante de contagios y decesos por el coronavirus, pues la multitud, ya enfiestada, no guardó los mínimos parámetros de salud, como lo recomiendan autoridades federales a mañana, tarde y noche.
Esta medida prohíbe la venta y el consumo público de bebidas alcohólicas, y unos días antes ya se había decretado un parcial confinamiento porque se ordenó que todos los negocios de todos los giros comerciales cerraran a las diez de la noche, pero al ver la avalancha de contagios se determinó un paro total, con el aparente cierre de actividades no esenciales, que obviamente no se cumple al 100 por ciento porque la gente tiene que comer, por lo que el bajar cortinas acabaría con su patrimonio.
A esto se le agrega la cancelación de eventos sociales, lo que vino a ser la puntilla para empresarios de esos giros, pero que en la medida de lo posible, y temiendo la intervención de la Guardia Sanitaria y por ende multas económicas, a regañadientes aceptaron la medida impuesta.
Pero pese a todo, a los que evidentemente no les preocupa es a los adictos al alcohol, pues la venta de esta mercancía sigue a través, principalmente, de las redes sociales, pues no faltan los vivales que se hicieron de estas bebidas para ofertarlas obviamente a un alto precio y por un medio en el que no pueden ser detectados al infringir la ley.
Así, en Facebook, principalmente, abundan los que ofrecen en “rebaja” todo tipo de bebidas alcohólicas, desde una cerveza hasta cajas enteras de buenos licores, pues como en todo, según la oferta es la demanda.
Ya veremos, al tiempo, si esta medida fue la adecuada, pero por experiencias previas no basta con prohibir algo, sino tener un mejor control.