Este año será muy diferente.
Es lo que la nueva realidad nos impone, esta pandemia ha venido a trastocar todo, en todos los sentidos.
Pero hay algo que mueve, y mucho, a un pueblo que siempre se ha manifestado guadalupano y hoy, día de la Virgen Morena, no la va a poder celebrar como está acostumbrado.
Y es que sólo de esa manera se espera que el fervor no se desborde y que la gente, haciendo caso al sentido común, realmente se guarde en su casa, pues es la única manera de medio controlar esta epidemia del Covid que nos trae apabullados.
En la Ciudad de México, donde se ubica el santuario mariano, las autoridades capitalinas de plano van a cercar la Basílica para tratar de evitar las masivas concentraciones, aunque conociendo al mexicano, poco caso van a hacer de recomendaciones y ojalá nos equivoquemos, pero la gente, en un afán de rendirle pleitesía a la Virgen, se acercará hasta donde se lo permitan, provocando así aglomeraciones.
Ojalá esta vez sí se haga caso a las autoridades y se evite la propagación del virus que definitivamente marca un antes y después de la vida como la conocíamos anteriormente y que vino a cambiar para siempre nuestra forma de vida, nuestras costumbres y nuestras tradiciones.
Aquí, a nivel local las autoridades eclesiásticas de plano cerraron la Parroquia de Guadalupe por lo mismo, para evitar la visita de los fieles que en esta ocasión tendrán que celebrarla de otra manera, pues se dispusieron, gracias a las redes sociales, otras maneras de estar cerca de la Virgen Morena.
Y aunque en esta ocasión el santuario cerrará sus puertas, a través de Facebook se transmitirán misas en diferentes horarios, para de alguna manera hacernos partícipes de esta bella devoción y tradición.
No desperdiciemos la oportunidad de participar activamente en estas celebraciones, diferentes, insistimos, porque es lo que la nueva realidad nos impone.
Seguramente en años venideros todo cambiará y probablemente podremos estar reunidos de nueva cuenta en una celebración que, sin lugar a dudas, es la más importante para el pueblo católico mexicano.
Unámonos pues y mientras que la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México y prácticamente todas las iglesias en territorio mexicano dedicadas a la Guadalupana permanecerán cerradas, sin las tradicionales “Mañanitas” y sin los rituales y rezos que marca la tradición, por esta vez hagamos caso de las recomendaciones.
Por ahora, nos toca poner nuestro granito de arena, no acudir al santuario guadalupano, no salir de casa si realmente no tenemos nada qué hacer en las calles, participemos, sí, pero desde nuestro hogar, porque seguramente, si todos cooperamos, tal vez el próximo año tengamos la oportunidad nuevamente de volver a vivir nuestras tradiciones como estábamos acostumbrados antes del Covid-19.