A puerta cerrada, pero con un reducido número de invitados especiales -autoridades de Gobierno-, se llevó a cabo la tradicional Misa de Gallo y Las Mañanitas en honor a la Virgen de Guadalupe, a quien desde el Santuario de esta ciudad se le consagró al pueblo mexicano y se le imploró su intercesión ante su Hijo para que ponga fin a la pandemia Covid.
Los festejos comenzaron en punto de las 23:00 horas con la entonación de “La Guadalupana” a cargo de un grupo de mariachis que remplazaron la música sacra por el folklor mexicano.
La concelebración fue encabezada por el sacerdote Raúl Sosa Palos, quien hizo plegarias especiales por la salud física y espiritual que la sociedad requiere en estos momentos.
Asimismo encomendó la súplica especial por el pastor diocesano, José María de la Torre Martín, para que desde el lecho de su enfermedad siga haciendo su ofrenda sacerdotal en bien de la Diócesis de Aguascalientes que le fue encomendada.
Durante la conmemoración de los 489 años del milagro del Tepeyac, pidió a la Virgen que en cada hogar reine la armonía y que se cumplan los anhelos. Asimismo se hizo un llamado a la sociedad civil y a la Iglesia, a renovar su fe.
Por su parte el párroco de Guadalupe, Carlos Alberto García Zavala, presentó la corona “La magnifica” que contiene una rosa de oro que de acuerdo a lo planeado el Obispo José María de la Torre Martín iba a bendecir en la misa de las rosas, sin embargo al no ser posible, se expuso como un símbolo de su presencia en la celebración ofrecida también por su salud.
En representación del Obispo, la corona fue bendecida por el padre Raúl Sosa Palos, quien expuso que la rosa de oro es signo de la confianza depositada en la Virgen.