Y bien dicen, que con dinero baila el perro…
Ayer salió de la cárcel, bajo una fianza de 3 millones de pesos, un jugador de futbol que militaba en el equipo Santos Laguna.
Lo indignante del caso, es que estuvo preso porque hace casi un año y medio, cuando conducía su lujoso automóvil por calles de Guadalajara, embistió brutalmente a un carro compacto en el que viajaba una pareja de recién casados, misma que falleció al instante.
Fue de tal magnitud el encontronazo, que el vehículo de los esposos quedó destrozado y ahí se truncó y cambió la vida de los protagonistas para siempre: unos esposos fallecieron víctimas de la inconciencia del futbolista mexicano de ascendencia camerunesa y nacionalidad francesa y la del propio profesional del futbol, pues pasó año y medio de su vida encerrado en una fría celda para que pagara por lo que hizo y sus consecuencias.
María Fernanda y Alejandro, pareja de recién casados, fueron las víctimas del mortal accidente protagonizado por el futbolista profesional, que se supone debía guardar las normas, cosa que por supuesto no cumplió, pues al calor de las copas ocasionó un terrible y fatal percance.
El futbolista, al abandonar la prisión de Puente Grande, donde se supone tenía que pagar por la muerte de los esposos a los que les quitó la vida, fue lapidario y prometió: “…no vuelvo a tomar alcohol…”, lo que se espera y en verdad cumpla.
Nada más conocerse la noticia de su liberación se oyeron voces en contra, principalmente las de las madres de los esposos accidentados, quienes que por supuesto se inconformaron por la liberación de este personaje, ídolo para muchos y símbolo de desgracia para otros.
Y efectivamente, lo primero que les manifestó a los padres de las víctimas, fue: «…quiero ofrecer una disculpa, estoy fuerte como persona…».
Pero cabe recordar que el actuar de los jueces en el caso Maleck ha sido criticado desde el inicio del proceso, ya que no se han tomado en cuenta, según las partes acusadoras, puntos clave que debieron cambiar el veredicto.
Pero así las cosas, el futbolista profesional ya salió el martes de prisión y lo que se ve como una cortina de humo, probablemente, es que pagó peso tras peso para poder disfrutar de lo más preciado: la libertad.
Ahora, Maleck, tiene en realidad la posibilidad de enderezar el rumbo, dedicarse a lo suyo, que es jugar, pero por situaciones como la suya es que se desconfía de las instituciones de justicia, porque el delito fue grave, la sentencia no tanto, y lo único cierto es que el futbolista ya pagó las vidas que debía, aunque sus víctimas ya son historia, pues no se les permitió más seguir viviendo por culpa de un irresponsable y briago conductor.