El Instituto Nacional Electoral se lavó las manos, literal, y se declaró incompetente para resolver las quejas que el Partido Acción Nacional presentó por las declaraciones que el Presidente de la República ha hecho sobre el actual proceso electoral, particularmente en lo que tiene que ver en el caso de Nuevo León.
Suponemos que el árbitro electoral ya no quiere otro enfrentamiento con el jefe del Ejecutivo, ya que en este proceso han sido duros y fuertes los embates de la 4T y el INE, del que su consejero presidente ha tratado de mantenerse firme y siempre invoca a la ley.
Pero hay algo que ni el Presidente ha podido negar, y es su intromisión en el proceso electoral, primero defendiendo la candidatura de Félix Salgado Macedonio, que no se le hizo contender por la gubernatura de Guerrero pero sí logró imponer a su hija, y después en las campañas en Nuevo León, ya que por medio de denuncias busca desprestigiar a los candidatos punteros Samuel García y Adrián de la Garza, por irse adelante en las encuestas dejando muy atrás a la candidata morenista Clara Luz Flores, a la que una mentira le podría costar la gubernatura, ya que por ocultar sus nexos con el dirigente de una secta sexual perdió totalmente la credibilidad del electorado.
En este tema de Nuevo León hasta se vio involucrada la OEA, la Organización de los Estados Americanos, que recibió denuncias de los partidos Acción Nacional y Movimiento Ciudadano contra Andrés Manuel López Obrador por su intromisión en el proceso electoral, lo que está prohibido por la ley.
Pero el Presidente literalmente los retó, y minimizó el hecho de que un organismo internacional tome cartas en el asunto y sigue en su postura de intervenir en el proceso electoral que hará historia en el país y continúa presionando a los órganos electorales como el Instituto Nacional Electoral y hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación por las decisiones que han tomado y que evidentemente no han sido de su agrado.
Por todas estas acciones presidenciales es que seguramente el árbitro electoral se declaró incompetente en el caso Nuevo León y lo mandó a la cancha del Organismo Público Local Electoral (OPLE) de Nuevo León.
Pero esto apenas empieza, se esperan fuertes encontronazos antes de la jornada electoral del próximo mes y nadie sabe qué pasará tras las elecciones, pues el Presidente seguramente tratará de intervenir tras conocerse los resultados y que no serán en todos los casos del agrado del mandatario.
Así que todavía habrá muchas cosas por ver en esta jornada electoral para la historia por ser la más grande, con el mayor número de electores, por ser la primera en tiempos de pandemia, rodeada de problemas, judicialización de candidaturas, declinaturas, denuncias y tristemente manchada de sangre, porque han muerto asesinados o atacados no pocos candidatos de todas las corrientes políticas. ¿Qué pasará entonces? La respuesta quedará inscrita en la historia de este México convulso.