Un voto por Morena es un voto contra México. Seguramente en esta ocasión AMLO no dirá que las encuestas del Grupo Reforma están “cuchareadas”. La más reciente, publicada ayer, da una clara ventaja a Morena en lo que hace a la conformación de la Cámara de Diputados. Desde luego ésa es una mala noticia para quienes tememos que el poder de López Obrador, casi incontrastable ya, se fortalezca aún más hasta el punto que le permita hacer cambios a la Constitución para acomodarla a sus designios y ambiciones. Debemos por tanto acudir a las urnas para evitar al menos que el Presidente obtenga la mayoría calificada que requiere para concretar esas nocivas reformas que llevarían a México a una pendiente dictatorial ya sin retorno. Vuelve a tener aplicación aquí el lema con que cada día he encabezado mis artículos en el actual tiempo electoral: “Un voto por Morena es un voto contra México”. Tal difusión alcanzó la dicha frase que mereció el dudoso honor de ser manipulada por los morenistas, quienes por estos días han usado profusamente mi imagen cambiando la palabra “contra” por el vocablo “por”, de modo que el lema se lee en sentido totalmente contrario al que le he dado. Desde luego esa inmoral maniobra no me sorprende: es parte de los manejos sucios que suelen acompañar a las campañas políticas. Si la menciono es sólo para mostrar hasta qué punto llega la indecencia de algunos de los fanáticos feligreses de la 4T. Por mi parte reitero una vez más mi firme y razonada convicción de que en la jornada del próximo domingo un voto por Morena será un voto contra México. “Ten cuidado con ese hombre -le advirtió la previsora madre a su ingenua hija-. Tiene mala fama. Querrá subirse sobre ti y marchitarte la gala de tu honor”. Al regreso de la cita con el avieso tipo la muchacha le anunció alegremente a su progenitora: “Las cosas sucedieron al revés, mamá. Yo me subí sobre él y le dejé bien marchita su gala”. Doña Gaya, presidenta de la Asociación Animalista, se indignó al ver que Pepito iba por la calle en un carrito tirado por su perro, cuya cola el chiquillo sostenía en las manos. Le preguntó, irritada: “¿Por qué no agarras al perro de otra parte?”. “No, señora -replicó Pepito-. Esa parte se la agarro solamente cuando quiero rebasar”. La abuelita de Taisia se preocupó al saber que su nieta sostenía una relación, digamos integral, con un hombre bien parecido y dineroso, pero casado. “Abuela -le recordó Taisia-, tú siempre me dijiste que me buscara una buen marido”. El cliente de la farmacia llamó por teléfono al farmacéutico y le pidió que le explicara el modo de usar la pastilla afrodisíaca que había comprado el día anterior. Le dijo el hombre: “Si tiene 40 años tómese un cuarto de pastilla. Si tiene 30, tómese media pastilla. Y si tiene 20 años tómese la pastilla entera”. El que llamaba se desconcertó: “¿No será al revés”. “No -confirmó el farmacéutico-. Si ella tiene 40 años tómese usted un cuarto de pastilla. Si tiene 30 años, tómese la media pastilla. Y si la chica tiene 20 años entonces tómese la pastilla entera, que la va a necesitar”. Cebollina era feíta pero rica. Bragueto era guapo pero inope e impecune. Le dijo ella: “Tú quieres casarte conmigo únicamente por mis millones”. “¡No es cierto! -negó Bragueto con vehemencia-. Pero ya que salió el tema: ¿cuántos tienes?”. Una recién casada quería tener familia, mas no se embarazaba. Le recomendó una amiga: “Haz lo que yo. Ve con el brujo Chascuás”. Semanas después la joven esposa le contó: “Fui con mi marido a ver a ese brujo, y no dio resultado”. En voz baja le dijo la amiga: “Debes ir sola”. FIN.
MIRADOR
El padre Soárez charlaba con el Cristo de su iglesia.
-Señor -le preguntó-. ¿Por qué existe el sufrimiento?
Respondió él:
-Qué extraño. Los hombres me preguntan siempre por qué existe el sufrimiento, pero jamás me preguntan por qué existe la felicidad. Me preguntan también por qué hay muerte, pero no se detienen a preguntarme por qué hay vida.
Siguió diciendo el Cristo:
-Hay muerte porque hay vida, del mismo modo que hay vida porque hay muerte. Una y otra se implican recíprocamente. Igual sucede con la felicidad y el sufrimiento. Si no existiera éste no podría existir aquélla. Aprende a gozar la felicidad, porque pasará. Y aprende también a soportar el sufrimiento, que pasará también.
El padre Soárez meditó las palabras del Señor, y entendió mejor lo que son la vida y la muerte. También aprendió que el sufrimiento y la felicidad son dos caras de una misma moneda, moneda que va en la escarcela de todos los humanos.
¡Hasta mañana!…
MANGANITAS
“…AMLO pone la Marina Mercante bajo el mando de la Secretaría de Marina…”
Parece poco feliz
esa acción tan singular.
Al rato le va a entregar
las peceras del país.